Aquí tenemos a los Neville, la familia feliz. La verdad es que se les ve en la cara lo satisfechos y llenos de júbilo que pasan los días en Washington. Aún no saben que el poder corrompe el alma, deberían ver más series. Julia Neville tiene una frialdad que no concuerda completamente con la imagen que teníamos de ella en la primera temporada. Aun así, esta presentación que hemos visto hoy de su pasado nos ha hecho comprender mejor su forma de ascender hacia la cima. Como ella misma ha dicho, es capaz de todo. Cuando Tom no pudo encargarse de los dos acampados, fue ella a resolver la situación. Mientras se insinuaba a los dos señores, no parecía del todo creíble que ella pudiera matarlos y, en cambio, sí era de esperar que los distrajera con sus armas de mujer a la espera de que su marido los finiquitase lleno de celos. Y así fue, ella se convirtió en el cebo y él, en el cazador. Al parecer, de esta manera un matrimonio normal y feliz se convirtió en un tándem de espía y asesino. Entonces tenían la excusa del amor por su hijo. Ahora, siguen teniéndole presente, pero parecen ser otros los objetivos.
Objetivos similares son los de los Patriotas. Un día vienen nanomáquinas, otro día vienen epidemias y todo está preparado por los humanos. No nos merecemos este mundo. Ya podemos suponer que era esta especie de bacteria infecciosa lo que estaban inyectando en las naranjas. Sin embargo, aún no sabemos cómo se encargan de envenenar solamente a sus objetivos, a la gente prescindible, y no a toda la población. ¿Acaso Gene comió naranjas sabiendo lo que estaban haciendo con ellas? Quizás en las naranjas estaba aquel suero controlador y la epidemia procede de otro sitio. En este regreso a comienzos del siglo XX, toda persona enferma ha de ser eliminada. Como era de esperar, Rachel está haciendo todo lo que está en su mano para ayudar a su padre y al pueblo y, de paso, intentar desenmascarar al enemigo por enésima vez. Va a resultar que este grupo de valientes sabe meterse en problemas mejor que resolverlos.
Aaron prosigue con su búsqueda de la verdad. Nos alegra ver a Cynthia y verla bien, aunque sea simplemente una ilusión. Después de todo, hace tiempo que no puedes confiar en nadie, ni siquiera en tus propios ojos. ¿Podría aprovechar esta fantasía para sobrellevar el luto? Volvamos a esta ruta turística que los nanobots le exigen a Aaron. ¿No podrían haber hecho que Priscilla y él se encontrasen directamente en Lubbock, Texas? Qué manera de hacer perder el tiempo a sus creadores. Ahora han de emprender, obligados, un viaje de vuelta al estado del que él partió hace un tiempo.
Allí, en Texas, se encuentran los Matheson, que tendrán que esperar otra semana para tener acceso al antibiótico. Vamos a ver, por mucho que Connor se disfrace de Patriota, es de suponer que el resto sabrán que es un intruso. En este momento tenemos al muchacho en problemas por tratar de salvar a Gene, al que ni siquiera conoce. El amor por la familia nos ciega, algo parecido a lo que ha ocasionado que Tom y Julia sean capturados y separados uno del otro. Lo que no nos creemos es que Jason esté muerto. Veremos si la semana que viene hace su trabajo. Es hora de dar a la juventud más protagonismo.
Objetivos similares son los de los Patriotas. Un día vienen nanomáquinas, otro día vienen epidemias y todo está preparado por los humanos. No nos merecemos este mundo. Ya podemos suponer que era esta especie de bacteria infecciosa lo que estaban inyectando en las naranjas. Sin embargo, aún no sabemos cómo se encargan de envenenar solamente a sus objetivos, a la gente prescindible, y no a toda la población. ¿Acaso Gene comió naranjas sabiendo lo que estaban haciendo con ellas? Quizás en las naranjas estaba aquel suero controlador y la epidemia procede de otro sitio. En este regreso a comienzos del siglo XX, toda persona enferma ha de ser eliminada. Como era de esperar, Rachel está haciendo todo lo que está en su mano para ayudar a su padre y al pueblo y, de paso, intentar desenmascarar al enemigo por enésima vez. Va a resultar que este grupo de valientes sabe meterse en problemas mejor que resolverlos.
Allí, en Texas, se encuentran los Matheson, que tendrán que esperar otra semana para tener acceso al antibiótico. Vamos a ver, por mucho que Connor se disfrace de Patriota, es de suponer que el resto sabrán que es un intruso. En este momento tenemos al muchacho en problemas por tratar de salvar a Gene, al que ni siquiera conoce. El amor por la familia nos ciega, algo parecido a lo que ha ocasionado que Tom y Julia sean capturados y separados uno del otro. Lo que no nos creemos es que Jason esté muerto. Veremos si la semana que viene hace su trabajo. Es hora de dar a la juventud más protagonismo.
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