Comenzamos 2014 con un viaje al sur. Revolution ha vuelto manteniendo el nivel pero mostrando ciertas debilidades. Excepto con la trama general de cada temporada, tiende a pecar de pretenciosa y nos presenta cuestiones que se alargan en el tiempo para después resolverse de una manera acelerada y poco elaborada. La infección del brazo de Miles es un ejemplo.
Rachel quiere liberar a su padre y usa la baza del doctor para convencer a los demás. Entonces, Gene llega justo a tiempo y prepara un mejunje que sana al moribundo de la noche a la mañana, haciendo olvidar a todos el rencor y cortando de raíz un asunto que llevan semanas alargando. Miles está bien, el doctor está bien, todos están bien. Así que, desde Texas, partimos de cero. Es verdad que hay tensión entre Bass y Rachel, que se lanzan puñales relacionados con los genes como si tuvieran quince años, pero está bien verlos juntos, esta vez en México. En el fondo todos se quieren mucho, que yo lo sé. Hay odio, pero desde el cariño.
En Puesta del sol encuentran a Connor, un Monroe que, por cuestión de sangre o no, es la mano derecha del dirigente local. Hay resquemor, y sabiendo que su padre es el mayor tirano del norte, no es de extrañar. Además, no basta con un acto altruista de Sebastian para que el hijo se busque problemas con su mentor u olvide todo su rencor. Solo es suficiente para que Connor sienta algo de culpa, después de todo es su padre a quien ha azotado públicamente hasta la extenuación. Por eso ahora, Connor y Bass son un tándem y nos alegramos, aunque cuando surgió la idea del hijo perdido no parecía la mejor idea. Pero, ¿queremos República de Monroe otra vez?
El que también guarda algún resentimiento desde sucesos ocurridos antes de Navidad, y no es para menos, es Aaron. Pero ha decidido ir por libre a encontrar respuestas y lo que ha encontrado es un regreso al pasado, dos reencuentros. Priscilla está allí, descansando de un largo viaje sugerido por su padre fallecido. Ella también ve cosas, habla con personas irreales y con luciérnagas. De hecho, Aaron y Priscilla son los padres de las luciérnagas, casi literalmente, y estas lo han preparado todo para que se vuelvan a encontrar. ¿Querrán también que triunfe el amor entre sus creadores? Si es así, es pronto para olvidar a Cynthia, no queremos que Aaron lo supere tan pronto. Podemos dar la bienvenida a Priscilla, sobre todo porque conocemos esa necesidad humana de tener a alguien con quien afrontar los problemas, pero han de esperar un poco. También nos gusta el luto. Por otra parte, Grace quiere hacernos ver que Aaron es Dios ahora mismo. Pasamos del eterno debate entre Dios y ciencia, Cynthia versus Aaron, a considerar la ciencia como un Dios de este mundo. Compramos la idea.
El que también guarda algún resentimiento desde sucesos ocurridos antes de Navidad, y no es para menos, es Aaron. Pero ha decidido ir por libre a encontrar respuestas y lo que ha encontrado es un regreso al pasado, dos reencuentros. Priscilla está allí, descansando de un largo viaje sugerido por su padre fallecido. Ella también ve cosas, habla con personas irreales y con luciérnagas. De hecho, Aaron y Priscilla son los padres de las luciérnagas, casi literalmente, y estas lo han preparado todo para que se vuelvan a encontrar. ¿Querrán también que triunfe el amor entre sus creadores? Si es así, es pronto para olvidar a Cynthia, no queremos que Aaron lo supere tan pronto. Podemos dar la bienvenida a Priscilla, sobre todo porque conocemos esa necesidad humana de tener a alguien con quien afrontar los problemas, pero han de esperar un poco. También nos gusta el luto. Por otra parte, Grace quiere hacernos ver que Aaron es Dios ahora mismo. Pasamos del eterno debate entre Dios y ciencia, Cynthia versus Aaron, a considerar la ciencia como un Dios de este mundo. Compramos la idea.
Desde Washington, los Neville siguen subiendo puestos en su carrera por el poder. En algún momento del camino, Tom dejó de confiar en las buenas intenciones de su mujer para con él, pero sigue siendo su compañero fiel. Se hace especialmente pesada la espera porque parece que no avanzan con su objetivo, y eso que Julia reapareció casada con un mandatario. Al mismo tiempo, no está mal que se lleven a random Jason para ponerles las cosas más difíciles todavía. Realmente, son los únicos con una trama fijada casi desde el comienzo de la temporada. A los Matheson simplemente les van ocurriendo cosas pero no tienen ninguna meta aparte de sobrevivir, que no es poco con todo lo que les ocurre. Tanto si los Neville obtienen lo que buscan como si no, especialmente si llegan a liderar los nuevos Estados Unidos, estamos deseando ver cómo todos nuestros protagonistas se reúnen por fin.
Y sí, por cierto, la sangre lo es todo. Rachel es igual que su padre, Charlie ha salido a Rachel y por eso tenemos a abuelo y nieta metiéndose en problemas, en gran medida por rellenar minutos, que el resto no necesitarán resolver a su regreso, ya que ser doctor es algo así como el don más preciado. Ahora Gene es indispensable.
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