Su llegada fue más sonada y no pintaba del todo mal, se consideraba una de las novedades más atractivas. Pero no hizo falta que acabase el piloto para que la gran mayoría se desencantase e incluso se rindiese. No es de extrañar, pues fue un episodio flojo, mal contado y sin sorpresas. Desde ese momento, la serie pintaba a temporada única. Un servidor, que perdonó aquellos fallos a cambio de conocer el desenlace y rezó por la no cancelación, siguió viendo cada semana la ficción producida por Jerry Bruckheimer.
Ciertamente, la trama es digna de un blockbuster y ese es precisamente su atractivo. ¿Por qué atentar contra el Presidente de los Estados Unidos en la primera hora de emisión cuando podemos alargarlo a quince episodios? Gracias a Dios no recibió temporada completa, porque con quince basta. Y sobra. Sin embargo, cada capítulo tiene su encanto. Hay capítulos de relleno como en (casi) todas las series pero, en general, todos logran captar tu interés.
Unos más y otros menos, todos los personajes consiguen hacerse un hueco en la historia, pero no será una serie recordada por la brillantez de sus interpretaciones. Especialmente, sus flamantes protagonistas Toni Collette y Dylan McDermott, como si hubieran percibido la mediocridad del producto demasiado tarde, son los más decepcionantes. Sus defensores los adorarán por sus anteriores interpretaciones (United States of Tara, American Horror Story, etc,) pero la fama no lo es todo. En este caso, sus papeles no son nada creíbles y es una pena que soporten gran parte del peso de la trama.
Pero, de nuevo, seguimos apostando por el resultado final. Como era de esperar, todo lo ocurrido anteriormente es prescindible y ya solo queda ver si la espera ha merecido la pena. Conforme nos acercamos al final, la importancia de la mujer del Presidente cobra fuerza. Además, por suerte, Mary Elizabeth Mastrantonio tiene una presencia en pantalla y una sobriedad que la convierten en uno de los personajes más verosímiles, es decir, diferente al resto. Como curiosidad, Mastrantonio sustituyó a Kate Burton (Scandal) en el papel. Lástima que no tenga más protagonismo, sobre todo en los últimos minutos. Eso quizá le habría dado el toque para hacer un desenlace salvable.
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