El capítulo empieza con Olivia pidiéndole a Fitz que le cuente la verdad sobre la operación Remington, preguntando dónde estaba él realmente cuando el avión estrelló. Cuando él se niega, Liv acepta trabajar para la campaña de Josie Marcus. Al final del episodio, sin embargo, Olivia vuelve a insistir confesando que su madre estaba en ese avión pero el presidente sigue sin querer responder, aunque vemos en su cara que a) no lo sabía b) no esperaba que Olivia lo supiera.
En cuanto a la campaña, Josie consigue impresionar a todos al realizar una entrevista con James Novak, el marido de Cyrus, y consiguen todo el apoyo económico necesario debido a su sinceridad y su valentía a la hora de enfrentarse a aquellos que la atacan por ser mujer. Por otro lado, la vicepresidenta Sally y su nuevo manager Leo empiezan a planear su campaña, engañando a Fitz y Mellie para aprovecharse de ellos. Cuando Cyrus averigua que Sally está realmente tratando de presentarse a presidenta, se lo cuenta a Mellie, quien cree que pueden utilizar al marido de Sally para convertirla en una candidata débil.
Y parece que pronto tendremos un traidor en la OPA, ya que Cyrus intenta por todos los medios frenar la campaña de Josie y le encarga el trabajo a Harrison, amenazándole con destapar algo de su pasado que implica a un hombre llamado Salif.
Un capítulo que sirve para poner las cartas en la mesa y prepararnos para lo que está por llegar. Además, me ha parecido que mostraba exactamente de qué trata la serie: manipulación por parte de todos, no puedes fiarte de nadie, todo el mundo tiene un motivo oculto. ¡Parece que el próximo episodio toca flashback (de Mellie, Fitz y Cyrus)!
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