A escasos tres capítulos de despedir la temporada, el plan de Saul ya está en marcha. Si bien le ha costado lo suyo, y gran parte del público en general, que ahora mira a Homeland con ojos dubitativos, con miedo de lo que pudo ser y puede que se esté convirtiendo, en un manojo de giros de guión poco creíbles, a cada cual más sorprendente, más loco. Son muchos los cabos sin atar que ha ido dejando temporada tras temporada, no sólo a nivel argumental, sino también pequeños (o no tan pequeños) detalles, que han ido convirtiendo a Homeland en una serie cada vez menos fiable.
Por otro lado, son muchos los que, lejos de quejarse del aburrido comienzo de temporada, han ido saboreando poco a poco lo que los guionistas nos tenían preparado. Los que han sabido ver, y entender, que después de dos temporadas apoteósicas, era necesario un cambio en el ritmo de la serie, algo más pausado, algo que la permitiera redefinirse. Algo más parecido a la primera entrega. Aún así, los últimos episodios han vuelto a hacer uso de la adrenalina pura y dura tan típica de la serie. Asimismo, en mitad de estas dos tormentas de opiniones, nos encontramos unos pocos. A los que el principio de la temporada no nos convencía, los pasos torpes por encontrar su lugar sin llegar a conseguirlo, pero a los que los últimos acontecimientos nos han convencido en gran parte. Porque sí, Homeland tiene fallos. O al menos yo le veo unos cuantos, pero todavía consiguen mantener mi atención un poquito.
En cuanto al capítulo de esta semana, Horse And Wagon, se podría considerar el principio del final. Brody vuelve a entrar en escena, finalmente, gracias al plan de Saul, que tan secretamente ha llevado a cabo y que tanto puede costarle. Por ejemplo, la confianza de Carrie, quien lo ha dado todo por él en más de una ocasión, y que ahora se siente engañada, ante el descubrimiento de las verdaderas intenciones de su mentor.
Demasiadas cosas para cincuenta minutos de capítulo, en los que hemos pasado de no saber nada a saber demasiado. El plan de Saul no es otro que derrocar al jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, con el fin de poner a Javadi a la cabeza y así poder controlar a una de las potencias nucleares más peligrosas. ¿Y quién mejor que Brody para dicha misión? El problema vendrá cuando el susodicho se niegue a colaborar, y es que el ex-marine ha sufrido tanto, que su estado es lamentable. Lo único a lo que aspira es a morir pronto.
Evidentemente, los llantos y quejidos lastimeros de Brody no van a conseguir que Saul se rinda con su misión. ¿Y cuál es la mejor baza de Saul? Utilizar a Carrie. Una vez más, y cuando a él más le conviene, visita a Carrie al hospital, la pone al día, y le pide que le ayude. En cualquier otra situación, una racional Carrie podría haber dejado de lado a Saul. Después de demostrar que ella era simplemente un peón más en la jugada mágica del director temporal de la CIA, la confianza de ambos se debilita. Pero no ahora. Ahora necesita ver a Brody.
Ella y sus estrategias serán las encargadas de poner a Brody en funcionamiento, además de las técnicas y los medicamentos que le ayudan a sobreponerse de una adicción a las drogas muy seria. Pero necesitará tiempo para poder llegar al nivel físico y psicológico requerido para semejante misión. Dicho y hecho. De este modo, Virgyl descubre que el "amigo" de Mira, era en realidad un informador iraní, cuyos servicios estaba utilizando nada más y nada menos que el senador Lockhart. Como caído del cielo. El chantaje perfecto que le conseguirá a Saul el tiempo que necesita para llevar a cabo la misión.
Dieciséis días después, Brody y su equipo están listos. Pero el ex-marine no se irá a Irán sin antes haber hablado con Dana, a quien necesita pedirle perdón. El encuentro no será tal y como Brody se lo habría imaginado, y es que en realidad, su hija mayor preferiría no verle nunca más. Una realidad dolorosa, a la par que triste, que harán que Brody se jure volver de la misión. Asimismo, la relación entre él y Carrie no ha vuelto a ser la misma. Es evidente que todavía existe esa conexión que los ató el primer momento que se cruzaron, pero los acontecimientos han hecho que ambos se distancien. Sobre todo ella, que carga además con un embarazo que no sabe muy bien cómo llevar y del que además, Brody no tiene ni idea. La despedida es silenciosa, con un simple y esperanzador "See you on the other side" de Carrie, bastante significativo para los dos.
Estamos en la recta final de esta tercera temporada y algo me dice que no va a ser como los primeros capítulos. Todos los planes y todas las jugadas apuntaban directamente a este momento. Todo está en manos de Brody y esperemos que esté a la altura de las expectativas de Saul, Carrie y compañía. ¿Lo conseguirá? Y a vosotros, ¿qué os ha parecido el episodio?
COMENTARIOS