Tercera semana a la baja para los datos en audiencia de la última serie de Joss Whedon. Parece que Agents of SHIELD no convence lo suficiente y pese a tener datos aceptables sigue perdiendo espectadores semana a semana. La calidad no se ha visto resentida y vamos viendo el tipo de serie que sus creadores nos estaban preparando. Menos nerd y cercana a los dramas de espionaje con Alias de referente. Semana de secuestros, trabajos encubiertos y pequeños acercamientos emocionales.
Un traslado secreto se ve interceptado por una fuerza invisible que eleva los vehículos por los aires. El objetivo es un científico experto en las fuerzas gravitatorias y su manipulación. El equipo investiga la escena y para su sorpresa encuentran una diminuta esfera que parece ser la causante de las alteraciones magnéticas en la zona. El caso es delicado ya que el itinerario de la ruta solo es conocido por los miembros de SHIELD. Todo parece indicar que el hombre detrás del ataque es Ian Quinn (David Conrad, Entre Fantasmas) un magnate de la tecnología y antiguo compañero del desaparecido Dr. Franklin Hall (Ian Hart, My Mad Fat Diary).
Quinn se encuentra en la seguridad diplomática de Malta donde el equipo de SHIELD no puede actuar sin romper varias leyes internacionales. Allí junto a Hall pretenden crear un poderoso artefacto que manipule la gravedad a gran escala. La única opción del equipo protagonista no es otra que confiar en Skye siendo ella en solitario la agente que se infiltre en una fiesta en casa de Quinn y consiga hackear el sistema de seguridad. Los riesgos son muchos pero el caracter de la joven consigue engañar al enemigo e incluso hace dudar de su verdadera intención en la misión. Pese a que intentan jugar con la dualidad del personaje está muy clara su buena voluntad.
El plan es descubierto pero por suerte Coulson y Ward consiguen evitar la valla láser que protegía la guarida de Quinn. Skye se ve por primera vez sola ante el peligro y llegado el momento da la talla. Una vez dentro Coulson encuentra a Hall trabajando en el Gravitorium. Para sorpresas de todo el propio doctor fue el encargado de filtrar la información de su localización para de esta forma acercarse a Quinn y terminar con su viejo amigo. El mecanismo comienza la autodestrucción con todo el equipo atrapado en la isla. Llegado el punto cumbre Coulson se ve obligado a sentenciar a una muerte (o algo peor) al doctor y de esta manera colapsar la destrucción de la maquina. Ninguna explicación coherente a este hecho.
El episodio más alejado del mundo Marvel sigue funcionando. El equipo sigue teniendo puntos flacos (deben hacer algo de inmediato con Melinda May o pasará a ser un personaje random nivel "el hijo de Brody") pero la relación entre Ward y Skye puede ser un buen enlace de unión para los espectadores. Poco hace falta decir que el combo Fitz-Simmons y su mundo propio siguen siendo un acierto. ¿Preferís la SHIELD desmarvelizada? ¿Alguna teoría sobre el estado de Coulson? ¿Volveremos a ver a Hall?
Anoche vie SHIELD y ahora mismo he terminado de ver The Tomorrow People. Y mira que soy un enganchado a marvel (en realidad todos los comic) pero deberían haber echo una serie más a lo Tomorrow People que no el camino que están siguiendo estos de Marvel que me cuesta hasta verla porque me da pereza ver con que tontería nos intentara entretener cada semana.
ResponderEliminarPues a mi me está gustando un montón la serie. Si soy esa loca a la que le gustan las referencias a los comics. Pero la del último capitulo fue tan sutil que me encanto, todo el meollo fue para mostrar a Graviton. Me encantará que sigan por este camino de mostrar y mostrar personajes del mundo Marvel.
ResponderEliminarAumenta la parafaernalia y estupidez en cada nuevo episodio de "The agents of Child".
ResponderEliminarNo me gustó nada de nada el segundo pero el tercero, tanto o más que el piloto. No he seguido los cómics así que para mí todo es nuevo. Y mola
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