Un seriéfilo, allá por octubre, te hubiera dicho que Revolution
merecía la pena porque si no, Elizabeth Mitchell (V, Lost) no habría aceptado el
papel. Y eso es un cliché como otro cualquiera. Uno de tantos clichés que le
han ido de perlas a la serie.
Se presentó como la nueva serie postapocalíptica de J.J.
Abrams, una serie que podía haber sido mucho más y, mientras esperamos la
mejora, la serie ha llegado al fin de temporada.
Ha tenido altos y bajos, no es que haya merecido una
cancelación fulminante, tan de moda últimamente, pero ha mostrado la calidad
justa para tirar adelante y ha sufrido un parón de cuatro meses que no ha
arreglado el problema. Porque el problema no está en el guión.
Tampoco está tan claro qué es lo que falla, pero algo falla.
Parte de culpa la tienen los actores. Se mezcla alguna actuación más que
notable con otras tan pobres que escandalizan. O quizá estamos equivocados y retratan
a la perfección lo insípida que es la humanidad después de quince años sin
electricidad.
A partir del parón se aprecia un ligero cambio de ritmo que
habríamos notado igual, porque es la misma canción de siempre: finales dignos
para temporadas eternas.
En un principio podía considerarse una serie procedimental,
la trama de cada capítulo tenía la misma estructura, que consistía en un largo
camino en busca de Danny donde iban apareciendo problemas. Y te decías a ti mismo: “¿Y Danny cómo no ha muerto aún? Qué poco espabilado es este muchacho”.
Y de repente muere, tan cantado y a la vez tan inesperado.
Para un momento lúcido que tiene el chico y le sale regular. A partir de ahí la
razón para seguir con el plan es la venganza.
La historia ha dado tantos tumbos como Tom Neville, que
cambia más a menudo de opinión que de ropa. Se lo perdonamos porque es de lo
mejorcito que tiene Revolution.
Entre tanto, se ha ido desvelando la incógnita, un poco
decepcionante, de los nanobots mágicos. “No es magia, es ciencia”. Vale, como quieras. Más ciencia
ficción demasiado surrealista.
Para surrealista esa hija híbrido de soldado y modelo de pasarela. Cosas de la televisión. También perdonable porque tiene un aire tanto al hermano como a la madre. Buenos genes los de los Matheson.
Para surrealista esa hija híbrido de soldado y modelo de pasarela. Cosas de la televisión. También perdonable porque tiene un aire tanto al hermano como a la madre. Buenos genes los de los Matheson.
Y mientras Miles, aquel que parecía ser el protagonista, se dedica
a matar gente, a no intimar con Nora y a recordar cuánto intimó con Monroe, Juliet Rachel está intentando resolver la situación. Por algo
estamos en el siglo XXI.
Y es que bastante tiene Miles con lo suyo, un cuarteto
amoroso más que complejo.
A Rachel le daba igual el mundo con tal de acabar con Monroe y devolver la energía. ¿Es creíble a estas alturas? Pues en realidad sí, nunca se ha dicho que tuviera otras motivaciones. Pero poco le cuesta olvidarse de Monroe a cambio de volver con Charlie, cuántos matices tiene la personalidad de esta chica. Menos mal que la actriz es más que solvente porque este papel en manos de la chica equivocada no sería lo mismo. Y es que los clichés suelen cumplirse.
El caso es que a Rachel le da igual si Nora muere, sólo quiere encender la luz. Debe tener un miedo tremendo a la oscuridad porque esto ya roza la obsesión. Y mientras se ocupa de ello, Miles ha corrido a ayudar a su verdadero amor. Y, tras liberarle, ha corrido a ayudar a Nora. Pero ha llegado tarde.
Resultado: una familia enfrentada, “Una casa dividida contra sí misma no puede sobrevivir”. Ha vuelto la luz y la guerra sólo acaba de empezar. Temporada eterna, final digno.
¿Nos quedamos a la segunda? Tenéis la sección de comentarios para dejar vuestra opinión.
A Rachel le daba igual el mundo con tal de acabar con Monroe y devolver la energía. ¿Es creíble a estas alturas? Pues en realidad sí, nunca se ha dicho que tuviera otras motivaciones. Pero poco le cuesta olvidarse de Monroe a cambio de volver con Charlie, cuántos matices tiene la personalidad de esta chica. Menos mal que la actriz es más que solvente porque este papel en manos de la chica equivocada no sería lo mismo. Y es que los clichés suelen cumplirse.
El caso es que a Rachel le da igual si Nora muere, sólo quiere encender la luz. Debe tener un miedo tremendo a la oscuridad porque esto ya roza la obsesión. Y mientras se ocupa de ello, Miles ha corrido a ayudar a su verdadero amor. Y, tras liberarle, ha corrido a ayudar a Nora. Pero ha llegado tarde.
Resultado: una familia enfrentada, “Una casa dividida contra sí misma no puede sobrevivir”. Ha vuelto la luz y la guerra sólo acaba de empezar. Temporada eterna, final digno.
¿Nos quedamos a la segunda? Tenéis la sección de comentarios para dejar vuestra opinión.
me quede en la primera parte, antes del receso, ojala la bajen a la mina, es malicima.. tiene algo la serie que no te atrapa, no le veo mas que una 2da y quizas una muy dificil tercera temporada.
ResponderEliminar¡¡Enhorabuena por tu blog!!.
ResponderEliminarhttp://milorotomaprozac.blogspot.com.es/
La verdad es que Revolution ha tenido un problema fatal para una serie y es que de la sensación de que nada importe. Sus cliffhangers eran de manual y sabias perfectamente como se iban a resolver. Por suerte en los dos últimos capítulos han resuelto un poco mejor la situación y dan un poco de esperanza para la segunda temporada.
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