New Girl se asienta en su segunda temporada

New Girl es la serie que nos presentaron el año pasado como la serie de lucimiento para Zooey Deschanel (500 días juntos), y la verdad es que durante casi toda la primera temporada fue así. Los cambios que se han ido introduciendo en la serie parecen haber sido del agrado de una audiencia que, si bien es verdad que ha disminuido (difícil mantener los números de sus primeros episodios), ha continuado interesado por las aventuras de estos cuatro compañeros de piso, y le ha asegurado una tercera temporada. Estos cambios, como os comentábamos en el balance de la primera mitad de la segunda temporada, han hecho que la serie ya no sea tan "New", y me aventuraría a decir que cada vez es menos "Girl".

Pero no os echéis las manos a la cabeza todavía, que esto tiene su explicación. Como decíamos hace unos meses, no es tan nueva porque Jess ya está integrada completamente con el resto de compañeros de piso, y por tanto la nomenclatura de la serie parece algo desfasada. Y cada vez es menos Girl porque los guionistas, con gran acierto, han sabido repartir mucho más la calidad de las tramas y los minutos que aparecían en pantalla los distintos personajes principales. El resultado es una comedia coral en la que no sabes el frente por el que te va a venir el gag.

Winston

Ha sido el que más desencajado hemos visto durante toda la temporada, porque es que menos trama individual tiene de los cuatro, sobre todo desde el fin de su relación con Shelby (Kali Hawk, Brides Maids), y ha sido utilizado de comodín para apoyar las aventuras del resto. Eso no hace que no haya tenido grandes momentos, sobre todo cuando nos han enseñado el particular sentido de la broma que tiene. Creo que los guionistas todavía no han terminado de cogerle el pulso al personaje, y es, sin duda, una de las tareas pendientes para el curso televisivo que se avecina.

Cece

Desde que lo dejó con Schmidt (Max Greenfield, Veronica Mars), el personaje interpretado por Hannah Simone (H+) ha intentado olvidar la relación que mantuvo con el judío.Tras estar con Roby (Nelson Franklin, Traffic Lights), con el que incluso se planteó la posibilidad de tener hijos, decidió que sería su familia la que decidiera su pareja para toda la vida en un matrimonio concertado. El elegido fue Shivrang (Satya Bhabha, Scott Pilgrim contra el mundo). Pero, como suele pasar con este tipo de matrimonios, Cece no estaba segura de que quisiera pasar el resto de su vida con una persona a la que realmente no quería (y él tampoco a ella) porque así lo habían convenido sus respectivas familias. Tras una oportuna caída de Jess y Nick durante el enlace, ambos se sinceran con sus familias, Cece admitiendo que lo que de verdad quería era estar con otra persona, y anulan la boda.

Schmidt

Uno de los personajes revelación de la temporada televisiva pasada no podía decepcionar en el año de su confirmación. Y así ha sido. El judío ha experimentado durante esta segunda temporada un giro de casi 360 grados. Comenzó la temporada tratando de lidiar con la ruptura con Cece, con una relación contractual con su jefa basada básicamente en el sexo (genial la historia del Va-genious). Sin embargo, pronto se dio cuenta de que todavía guardaba sentimientos por la modelo y estaba en una relación que no iba hacia ninguna parte, ni para su jefa y ni para él. Tras unos intentos vanos de recuperar a Cece, conocimos a Elizabeth, su antigua novia en el instituto. 

Desde el primer momento sabíamos que era especial para el judío, pero no hasta el punto de hacerle cambiar de un modo drástico. Schmidt en el piloto —y durante buena parte de lo que llevábamos de serie— fue presentado y se desarrolló como una persona muy superficial, para el que el estado físico y la apariencia lo era todo. El amor por ella ha hecho que le dejen de importar las apariencias y cómo (y con quién) luce él ante los demás, exceptuando algún pequeño desliz en la oficina. Pero la estabilidad no dura mucho, ya que, en la finale, el personaje con el que quiere estar Cece no es otro que Schmidt. El judío evita elegir entre las dos y apunta a que su decisión va a ser uno de los principales arcos argumentales que abordemos en la tercera temporada.

Jess y Nick

Finalizadas sus respectivas relaciones con Sam (David Walton, Bent) y Angie (Olivia Munn, The Newsroom), la vida de ambos estaba allanada para poner punto y final a la tensión sexual no resuelta más predecible que yo recuerde. Porque, no nos olvidemos, los hechos que han ocurrido entre ellos en esta segunda temporada los llevamos vaticinando desde que se estrenó el piloto. Pero no por esperado deja de ser interesante.

El primer acercamiento lo tuvimos en Cooler, episodio en el que , como parte del True American (¡Volvió!), ambos tuvieron que encerrarse para darse un beso. No ocurrió, y el "Not like this" que suelta Nick (Jake Johnson, Sin compromiso) nos emplazaba el beso para otra ocasión. Y no duró mucho la espera, ya que en el final de mismo episodio ocurrió. A partir de ahí hemos visto el clásico juego (que si me gustas, que si no, que si me convienes, que si no...) que desembocó en una atropellada cita entre ambos en la que, aparte de apuntar a que la relación iba a culminarse sí o sí, se demuestra que saben funcionar cómicamente como pareja. Esto es muy importante, porque no son pocas las series que han separado personajes debido a que los gags no funcionaban juntos.

La season finale explora precisamente las dudas de ambos sobre el futuro de la pareja y, si bien aún tienen muchas dudas de ambos, parece que ambos se quieren y están decididos a intentar por todos los medios que la relación funcione (recordemos que el Nick del futuro avisó que le iba a hacer mucho daño a Jess).

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New Girl cierra una segunda temporada que se caracteriza sobre todo por la solidez, el asentamiento de un formato que supo adecuarse a sus necesidades (reducción del peso de Jess en la serie) y que ha continuado y potenciado aquello que ya le funcionaba (imperdibles los flashbacks de Fat Schmidt). La tercera temporada tiene un punto de partida interesante, con la elección de Schmidt y la evolución de la pareja Nick-Jess, y la dificultad que se les plantea a los responsables de la serie es mantener el buen nivel que han conseguido esta temporada y llevar la relación entre dos de sus protagonistas de la mejor forma posible, evitando caer en clichés o que dejen de funcionar cómicamente. Y a ti, ¿Qué te ha parecido la segunda temporada de New Girl?