Los hermanos Winchester han vuelto tras unas semanas de descanso. Y siendo justos con la serie, el episodio ha sido aburrido. Cierto es que se agradece que aparezcan personajes que estaban en modo ausente, pero no ha sido suficiente para evitar el aburrimiento. Puede ser que el tema de los demonios esté tan usado que no tenga por dónde cogerse, pero podría haberse enfocado de otro modo. Por otro lado, siguen sin explicar quién es Naomi, y que Castiel tenga que mantener la tabla alejada de ella no ayuda.
Criptas
Los chicos ya tienen un nuevo caso ante ellos: han aparecido varias personas muertas como si estuviesen quemadas desde dentro. Al llegar al sitio en cuestión, descubrirán que se trata de demonios. Últimamente han estado poseyendo a ciertas personas que podrían tener conocimiento sobre unas antiguas criptas en la zona. Evidentemente, dichas criptas están bajo el pueblo y Castiel es el encargado de quemar a los demonios. ¿Qué tienen de especial las criptas? pues que son de Lucifer, y en una de ellas se encuentra la tabla de los ángeles. Castiel conseguirá que uno suelte información: tienen a Meg como rehén en un hotel. Resulta que Meg es la única que vio las criptas con sus propios ojos y están torturándola para encontrarlas.
La Decisión de Castiel
Meg preferirá contarles a los chicos y a Castiel dónde está la afortunada cripta antes que a los demonios. Una vez allí, Meg y Sam se quedarán fuera vigilando y Dean y Castiel irán en busca de la tabla de los ángeles. El cielo —más concretamente Naomi— hará que Castiel mienta a los chicos, y cuando Dean se hace con la tabla intente arrebatársela. Es aquí cuando Castiel entra en una encrucijada: ¿debe acatar las órdenes divinas y matar a Dean como había practicado con varios clones? ¿o debería desobedecer al cielo y dejar que Dean le dé la tabla a Kevin? Mientras se decide, Castiel sigue dando una paliza a Dean. Pronto hará su decisión: no hacer caso a ninguno y mantener la tabla alejada de ambos y, por supuesto, de Crowley. Por otro lado, Sam y Meg se enfrentarán a Crowley que aparece para robar la tabla. Sam huirá siguiendo el consejo de Meg, pero ella acabará muriendo a manos del malvado demonio.
No Más Mentiras
Sam sigue en sus trece con eso de ocultar el hecho de que se encuentra mal. La primera prueba para sellar el infierno le hace escupir constantemente sangre, y Dean ya se ha dado cuenta. Pero ninguno sabe lo mal que Sam está hasta que Castiel se lo hace ver: tiene unas heridas internas que ni siquiera él puede curar. Dean está harto de que su hermano le esconda todo, y le pide que de ahora en adelante le cuente todo, para apoyarle en todo lo posible con las dos pruebas restantes. ¿Creéis que Sam le hará caso?
Madre mía, suena aburrido... creo que en vez de verlo me pondré con Workaholics que aunque ya haya visto los episodios al menos me río un rato xD
ResponderEliminarNo sé si terminaré de ver esta temporada, supongo que sí, pero me está pasando como con la sexta, es un coñazo!! :(
Es que ha sido muy aburrido...esta temporada ha tenido buenos episodios, pero cuando tocan el tema de los demonios...aburre muchísimo
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