A escasos cinco capítulos de cerrar su quinta temporada y todavía sin la confirmación de si habrá una sexta (lo más probable es que sí), dejamos de lado un poco las tramas anteriores para adentrarnos en el pasado de Ryan, uno de nuestros investigadores favoritos. A pesar de que la quinta no haya sido la mejor temporada, sí que hemos tenido el placer de descubrir más cosas sobre el pasado de los protagonistas. Así, hemos conocido, de forma fugaz, al padre de Castle, y hemos visto también detalles de la infancia de Esposito. Como no podía ser de otro modo, ahora le toca el turno a Ryan en un capítulo interesante y entretenido.
El episodio comienza con la repentina muerte de un pastelero. Rápidamente, las evidencias apuntan a que la víctima podría estar ligada con la mafia irlandesa de State Island, a la que el FBI lleva tanto tiempo intentando echarle el guante. Pero las cosas se ponen interesantes cuando una posible sospechosa, Siobhan O'Doul, se lanza a los brazos de Ryan llamándole Fenton. Así, descubrimos que Ryan tuvo un pasado infiltrado en la mafia irlandesa siete años atrás.
Tanto el FBI como el equipo de Beckett, unirán sus fuerzas para intentar atrapar al supuesto asesino y jefe del ilícito grupo: Bobby S. Junto a Siobhan, con la que es evidente que mantuvo una relación en el pasado, Ryan tendrá que volver a convertirse en Fenton y ganarse la confianza de sus ex colegas. Esta decisión no agradará nada a su mujer, Jenny, con la que está teniendo problemas para quedarse embarazada, ni mucho a menos Esposito y compañía, que lo tachan de locura. Pero Ryan, haciendo siempre gala de su buen corazón, no está dispuesto a dejar a Siobhan a la suerte de Bobby.
Por otro lado, Beckett y Castle tienen una curiosa conversación debido al exagerado número de veces que Castle debe pronunciar el nombre de Jordan cuando está dormido. Inquieta, Beckett piensa que se trata de alguna mujer de su pasado de la que el escritor no quiere hablar, pero la explicación no podría estar más alejada de las sospechas de Kate. A lo largo de esta quinta entrega hemos podido ver cómo su relación de ambos cada vez es más estable, al igual que la confianza. Sinceramente, espero que los guionistas no sean capaces de estropearnos esta pareja con algún giro absurdo y dramático.
Como era de esperar, Ryan cumple con su cometido. La transformación a Fenton es asombrosa (el corte de pelo es genial), y por momentos parece que estamos viendo a otra persona, muy diferente al Ryan al que estamos acostumbrados. En el momento de la verdad, no dudará en valerse de sus compañeros, a los que les entrega una entrada triunfal (Castle como siempre haciendo el idiota) y desmontando él solo a toda la mafia irlandesa.
Pero no todo iban a ser retos y malos tragos para el pobre Ryan. Y es que después de tanto intentarlo, finalmente Jenny está embarazada. No podríamos tener una noticia más alegre y es que estoy segura de que será todo un padrazo. En cuanto al final de esta temporada, la verdad es que no hay nada claro. Estaría bastante bien que nos mostraran más sobre el padre de Castle y su pasado, dado que es la mejor trama que tienen ahora entre manos. La semana que viene celebramos el capítulo número 100 de la serie, así que seguramente tendrán preparado algo especial. Y a vosotros, ¿qué os ha parecido el capítulo?
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