Si tuviera que mencionar una de las series de estreno más esperadas de la BBC de este invierno, sin duda la primera que se me hubiera ocurrido sería Ripper Street. Creada por Richard Warlow (co-creador de Mistresses) y estrenada en la primera cadena británica a finales del año pasado, esta serie está ambientada en el Whitechapel de 1889, tan solo unos meses después de los famosos crímenes de Jack el Destripador. Cuando empiezan a ocurrir unos nuevos asesinatos muy parecidos a los del Destripador, aquellos que trataron de capturar al famoso asesino vuelven a salir a la caza del homicida, preguntándose si Jack ha regresado o es solo un imitador. Además, por si la premisa no fuera suficiente, el reparto es absolutamente excepcional: al frente de la Division H están el Inspector Edmund Reid (Matthew Macfadyen) y el Detective Benneth Drake (Jerome Flynn), a los que se une el cirujano Homer Jackson (Adam Rothenberg); todos ellos acompañados por la madam Long Susan (MyAnna Buring), amiga de Jackson, y una de sus chicas, Rose Erskine (Charlenne McKenna), así como la mujer de Reid, Emily (Amanda Hale).
No obstante, el interés de hacer una nueva revisión del misterio de Jack el Destripador se queda prácticamente en agua de borrajas cuando descubrimos que la búsqueda y captura del asesino prácticamente queda en un segundo plano puramente contextual y que Ripper Street no es más que un procedimental que, aunque resulta muy interesante —ver cómo se empiezan a aplicar técnicas de investigación modernas y cómo entran en juego los avances de la época, efectivamente, lo son, aunque hayan sido introducidos de una manera harto tediosa— no deja de ser algo que no esperábamos. Aunque, en mi opinión, refleja muy bien una época tan turbulenta y oscura como la de esta historia, a Ripper Street le faltan intenciones por todas partes, contando entre ellas el tener un reparto más funcional y atractivo en su conjunto, así como explotar todos sus activos, que aunque sean potencialmente interesantes, parece que han sido desperdiciados en su totalidad. Sin duda, recuerda torpemente a ese estreno veraniego que también nos dejó bastante desilusionados, Copper.
Tampoco podemos olvidar las críticas que han acompañado a la serie desde sus inicios, y es que a no todo el mundo le ha hecho demasiada gracia que en una serie de la cadena pública se plasmen tan gráficas escenas de violencia y sexo como las que se han visto en Ripper Street; demasiada sangre —aunque, obviamente, estamos hablando de asesinatos y una época menos pacífica que la actual— y el que la mayor parte de las mujeres de la serie sean prostitutas o cadáveres, no son precisamente visiones demasiado positivas, algo que podría admitirse de otras cadenas, pero que en la BBC simplemente no encajan del todo.
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Muy bueno el análisis de la serie; a mí también Ripper Street me hizo recordar a Copper en muchos sentidos. Aunque soy ultra fan de las series y miniseries británicas, no me gustó y ya la abandoné en el segundo capítulo. No es que sea realmente mala, pero... ni fu ni fa.
ResponderEliminarGracias, yo también esperaba mucho más. Un saludo
ResponderEliminarhola he visto las dos y me puse a buscar cúal había sido la primera ya que los argumentos son tan parecidos; me dió una pista tu post: gracias
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