My Mad Fat Diary, fobias con sobrepeso

Los personajes con sobrepeso no son bien recibidas en la ficción a no ser que sea para auto parodiarse (Mike & Molly). Hasta el momento son pocas las series que afrontan el tema de la obesidad en jóvenes desde un punto de vista serio y normalizado, la cancelada Huge fue buen reflejo de este tipo de series concienciadas con el tema. Desde el canal británico E4 (Skins, Misfits), nos presentan My Mad Fat Diary, la historia de una adolescente inestable con sobrepeso en un mundo muy grande para ella. El resultado final triunfa a medias pese a sus buenas intenciones.

Rae (Sharon Rooney) es nuestra protagonista, una adolescente que tras pasar un tiempo en una institución psiquiátrica por sus problemas alimenticios, vuelve a su barrio en Lincolnshire. La joven era feliz en su vida dentro del hospital, la rutina diaria, el ambiente controlado y sus compañeros llenos de inseguridades constituían su particular happy place. A pesar de sus miedos, Rae se ve obligada a salir y volver a su hogar junto a una irresponsable madre y su nuevo novio, un inmigrante sin papeles que esconde en casa para su disfrute sexual. Para el resto de vecinos el tiempo de la adolescente en terapia han sido unas vacaciones en Francia.

Las amistades no son el fuerte de Rae pero a su llegada a Lincolnshire se reencuentra con Chloe una vieja conocida y sus nuevos amigos. Entre compromiso y verdadera amistad, Rae es invitada a salir junto a este grupo de gente "cool". Junto a Chloe, la chica fingida para ser interesante están, Chop un chico bastante básico pero buena gente, Finn el guaperas consciente de ello, Izzy una pizpireta pelirroja y Archie un buenazo con gafas de pasta. Rae no tarda en enamorarse perdidamente de Archie y fantasear con calenturientas noches de pasión, pero a la hora de la verdad sus inseguridades le frenan a dar cualquier paso.

La personalidad de Rae es atractiva con un exquisito gusto musical y muchas cosas por mostrar, pero encerrada en un cuerpo no deseado, se ve incapaz de mostrarse al mundo. Tras un episodio vergonzoso en el centro comercial, la joven recae en sus empachos de comida e intenta volver al hospital. Allí su compañera Tix entra en cólera frustrada de ver como Rae es una persona maravillosa pero no se permite mostrarlo. Ese es en definitiva el mayor defecto de la joven empeñada en ocultar su historial psiquiátrico a sus nuevos "amigos" (la relación con Chloe promete ser tirante en todo momento).

My Mad Fat Diary no se corta en utilizar un lenguaje obsceno y marca del canal, buscando la cercanía con el espectador. Es una pena que este tono frívolo impida centrarse en las partes realmente dramáticas de la historia (la depresión de Rae no es solo un tema de ansia alimenticia). El piloto tiene un ritmo muy ágil  gracias a la voz en off de la protagonista, pero un excesivo uso de grafismos terminan incomodando su visionado. A estos grafismos hay también que otorgarles la virtud de dejarnos momentos muy acertados como el "HELL" al descubrir que la fiesta tendrá lugar en una piscina.

A resumidas cuentas, la serie tiene un mensaje directo con un facción oscura (muy explotable pero no muy bien aprovechada) y ganas de romper moldes. Ahora falta saber si la audiencia responderá a la serie sobre una chica gorda y sus problemas. Para mucha gente estos problemas serán pequeños detalles sin importancia, pero para Rae suponen el fin del mundo. Estamos hablando del piloto y falta saber si terminaran por descubrir todo el potencial que tienen entre manos. Eso espero.

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