Señores que esto se acaba. En menos de una semana sabremos la identidad de la ya amada y odiada blogger de cotilleos, pero del capítulo de esta semana no tenemos más que aplausos que dar, ya sean por haber remontado en este último arco argumental lo que era una temporada soporífera o por hacernos reír hasta la saciedad con música telenovelesca y dejándonos con una mamarrachada monumental en forma de "continuará". Genial, toda una risa.
De aquí al fin de la serie quedaban historias por cerrar; aparte de la ya mencionada, que lleva siendo el hilo conductor —o al menos debería— desde sus inicios, las artimañas de Bart no podían quedar en stand by después de la plasta que nos llevan dando todo este año. Se ha demostrado que aunque vaya a recibir el premio al hombre del año, este señor es la maldad personificada y no dudará en tratar de matar a su único hijo —dos veces—, acabando no muy bien, que por muy importante que seas, en esta serie, Chuck vale mucho más. Se nos prometió una muerte en estos últimos capítulos y parece apuntar que esta vez es posible que Bass padre haya dejado este mundo, no como la otra, que menudo as se sacaron de la manga para rizar más el rizo con su resurrección.
Ver a las chicas trabajar juntas en una conspiración más allá de sus diferencias, dirigidas por Blair, que es capaz de unir a Serena, Sage, Ivy y Georgina es algo difícil de olvidar, cómo dejan de lado sus conflictos para defender a Chuck y Nate —que ya no tiene nada que perder y decide volver a la caza de Gossip Girl—; y cómo Dan acaba contra todo pronóstico —mentira, era previsible, pero podía no parecerlo— ayudando a Chuck a desenmascarar a su padre perjudicándose a sí mismo. Momentos que quedaran en nuestra memoria que sólo serían mejorables con una aparición estelar de Jenny y Vanessa —era todo muy épico, me faltaban— y que me parecen muy adecuados para un buen cierre de serie.
Con Bart fuera de juego, no sabemos qué será de Blair y Chuck, testigos del accidente en la azotea; ni qué ocurrirá con Dan y Serena, que una vez más —ya no sé cuántas van, pero pasa la decena fijo— dicen que se quieren, o al menos él, que tratará de impedir que la rubia se vaya a Los Angeles —nuevo capricho— escondiendo una copia del capítulo ñoño que le escribió. Todos sabemos lo que pasará, pero se quedaban sin temas y les gusta mucho marear la perdiz.
Queda uno, el gran final. ¿Estará a la altura? Eso espero, y no os imagináis la curiosidad que tengo por saber qué hará Kristen Bell en su cameo, en cuando abra la boca va a ser muy raro. Eso sí, por favor lo pido, no más telenovelas, que menuda panzada a reír.
PD. ¿Alguien más notó la descaradísima propaganda de Windows Phone? Madre mía...
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El episodio me ha parecido genial, menos el momento de la muerte de Bart jajaja ha sido algo absurdo!!! pero me muero por ver el final
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