Nueva semana, nuevo capítulo, esta vez centrado mucho en Sarah y su relación con Hank. Todo se complica cuando Hank llama a Sarah borracho en medio de la noche para que le vaya a buscar y luego le pide que le acompañe a LA para un trabajo. Sin embargo, Sarah tiene una boda a la que asistir con Mark y esto les comporta problemas, porque ella decide irse con Hank.
Joel le comunica a Julia que quiere aceptar una oferta de trabajo para que ella pueda estar en casa, pero a ella no le convence lo de estar rodeada de otras madres. La pareja discute porque Julia le acusa de no priorizar a su familia, pero él la anima a relajarse y disfrutar del tiempo libre.
Max no quiere asistir a su primer baile y Kristina le insiste mucho porque cree que puede perderse el próximo y está preocupada.
Ryan y Amber siguen juntos, él está intentando encontrar trabajo con la ayuda de Zeek, pero no le va demasiado bien. Crosby, por su parte, tiene problemas con una vecina del estudio que no puede aparcar y se queja de todo, así que le pide consejo legal a Julia.
Un capítulo no especialmente dramático que destaca sobre todo por la escena entre Kristina y Max, preciosa sin duda. También me ha gustado la de Amber y su abuelo hablando de Ryan, no cabe duda de que le quiere mucho. La relación entre Mark y Sarah pasa un mal momento y no me extraña, Sarah lo está haciendo todo mal, y ceder ante Hank es la gota que colma el vaso, ¿creéis que acabarán juntos?
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