Nunca me ha parecido una mala decisión esta vuelta de tuerca que ha dado Fringe en la última temporada. Ese futuro casi apocalíptico dominado por los Observadores y la lucha de la resistencia contra ellos me resultaba un punto de partida bastante interesante, aunque fuera un comienzo prácticamente desde cero. Sin embargo, me cuesta no clasificar lo que llevamos de temporada como aburrida. Me da la sensación de que los guionistas escriben con desgana: los personajes me aburren, los casos no me interesan y la trama principal avanza a marchas forzadas.
Es cierto que la muerte de Etta hace un par de episodios fue bastante emocionante y pilló completamente de improvisto, pero ese espiral de venganza al que ha llevado a Peter, aunque comprensible y justificado (al fin y al cabo, es hijo de su padre, Walternative), me resulta tedioso por un hecho muy sencillo: Peter es, sin duda, el peor personaje de la serie y Joshua Jackson no está a la altura de las circunstancias. ¿Por qué centrarnos en el joven Bishop y su nueva faceta a lo Neo de Matrix si Olivia y Walter son mucho más atractivos como personajes? Sí, hemos visto como los dos se enfrentan al dolor de la pérdida de Etta y sus reacciones han sido mucho más descorazonadoras que las de Peter, seguramente porque Anna Torv y John Noble sí están a la altura en sus actuaciones.
En el capítulo de esta semana, sumado al luto de los personajes, seguimos con la búsqueda de los objetos necesarios para la caída de la dictadura de los Observadores, cuyas pistas, como sabemos, están en cintas de vídeo grabadas por Walter antes de ser amberizado. Esta vez, los personajes llegan a un edificio abandonado en otra dimensión donde buscan a un niño bastante especial que parece ser un Observador. Sin embargo, para variar, este tortuoso camino termina sin ningún resultado ya que no encuentran al niño si es que es él lo que buscaba Walter en un principio, cosa difícil de saber porque su memoria cada vez está más débil.
Mi pregunta entonces es: ¿para qué? ¿Para qué tanta búsqueda si no lleva a nada? ¿Para qué los guionistas desaprovechan la oportunidad de que nos despidamos dignamente de unos personajes que cada vez aburren más? Es terriblemente frustrante la sensación de que faltan siete capítulos para que termine la serie y que lo único que ha pasado ha sido la muerte de Etta que, aunque fue emocionante, podría haberlo sido más si lo hubiéramos conocido mejor, pero creo que la relación con sus padres nunca estuvo del todo bien dibujada.
No quiero ser agorera porque quizás esté equivocada y los guionistas hagan más interesante la temporada. No hablo de ir un gran giro argumental ni cliffhangers en todos los episodios, solo que sus episodios no sean tan soporíferos y que pasen parte del protagonismo de Peter a los otros personajes (echo mucho de menos a Olivia, especialmente). Personalmente, la nueva faceta de Peter me parece completamente risible y ridícula pero ¿qué pensáis vosotros de ella? Es cierto, que su actitud tiene lógica pero la cara de intenso de Joshua Jackson solo me produce risa. En general, ¿qué opinión tenéis de lo que llevamos de temporada? ¿Estáis tan desencantados como yo?
Vaya juego les ha dado Matrix, señor. Creía que era una broma.
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