Las reviews semanales son un arma de doble filo: si estamos ante un capítulo interesante es divertido escribirlas y agradable leerlas; si, por el contrario, el capítulo ha sido un aburrimiento es una pesadez escribirlas y un sopor leerlas.
Con The Recordist, el tercer capítulo de esta última temporada de Fringe, el caso es el segundo: un episodio en el que Olivia, Walter, Peter, Etta y Astrid van en un busca de una de las cintas perdidas de Walter en la que este grabó el plan para derrocar a los Observadores. Las cintas, por supuesto, se encuentran esparcidas sin ningún orden (la que encuentran en este capítulo es la número 3) y en ella no se encuentra parte del plan, sino que indica dónde está lo que necesitan para el cumplimiento del plan. En este caso, la grabación del científico les lleva a una mina que creían abandonada pero donde habitan un grupo de refugiados con una extraña enfermedad bastante desagradable de ver. ¿Y qué interesante aventura les habrá deparado al equipo de la División Fringe en este misterioso lugar? Absolutamente ninguna. Estos refugiados se descubren como unos aburridos historiadores que se dedican a ir archivando todos aquellos acontecimientos históricos que creen de relevancia. Uno de ellos se ofrece a bajar a la mina para conseguir el objeto que nuestros protagonistas necesitan muriendo en el acto. Y... colorín colorado este cuento se ha acabado.
Solo llevamos tres episodios y no quiero crucificar ya toda la temporada pero quedan diez episodios para que termine la serie y la búsqueda de las cintas perdidas de Walter no parece que vaya a ser especialmente emocionante. Que conste, que no lo digo porque sean casos procedimentales, ya que el Fringe episódico siempre me gustó mucho sino porque no tienen la emoción que tenían antes y porque el suspense de resolver un asesinato no es el mismo que el de buscar un VHS, a pesar de tener a los Observadores pisándoles los talones. O empiezan a replantear la temporada o temo mucho por cómo va a terminar la serie. Aunque espero que solo sea un mal augurio que no se cumple.
Además, es sorprendente lo poco que están explotando la relación entre Peter y Olivia con Etta. Del primero no espero mucho, pero Olivia es un personaje lo bastante complejo como para que su nueva relación con su hija sea algo más que un par de frases por capítulo. En The Recordist, sí aprendemos que Olivia se sentía culpable por no haber apreciado a Etta antes de perderla de la manera que una madre se supone que debe querer a su hija pero esta escena queda un poco perdida en un capítulo que ha sido francamente aburrido.
¿Qué os está pareciendo la temporada? ¿Os está convenciendo o creéis que falta un poco de acción? Recordad que el próximo capítulo no se emite hasta dentro de dos semanas.
Yo pienso igual, me esperaba otra cosa de esta temporada... Veremos como acaba, claro, que solo llevan 3 capítulos, pero de momento me está decepcionando un poco.
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