Tras el capítulo paréntesis de la semana pasada, la historia vuelve a centrarse en Neal y su búsqueda por encontrar al misterioso Sam y conocer la verdad sobre su padre y la muerte de Ellen. Haciendo aparición por primera vez de forma pública, Sam (Treat Williams, Everwood) acude a su cita con Neal y le deja claro su reticencia a trabajar con el FBI, no importa quién, con lo que Peter queda fuera del caso, cosa que, muy a su pesar no será cierta.
Pero el centro del episodio ha sido un juicio en que Peter es el testigo clave para conseguir un veredicto justo. Aun teniéndolo todo ensayado, en el momento de la verdad, una distracción del ayudante del fiscal lo echa todo a perder, pudiendo dejar impune al acusado. Éste, culpable por supuesto, ve su libertad próxima gracias a un frasco de benceno que jamás apareció y, por razones obvias, no puede ser usado en su contra. Es aquí donde entra en escena la verdadera protagonista del capítulo, Landon Sheperd (Perrey Reeves, Entourage) —que para mí seguirá siendo la Sra.Ari—, una salvavidas arreglatodo con clientes del más alto nivel, y por cierto, está estupenda. Con trapos sucios de toda la gente importante y unos contactos envidiables, Sheperd hará al FBI al completo jugar a su son, entregando finalmente el frasco de benceno por razones desconocidas. Tal vez busque nuevos clientes, y Peter le ha llamado la atención. Estaremos atentos, que siempre está bien ver a la Sra.Ari en pantalla, esta vez sin tantas quejas.
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