Tras un par de capítulos en los que Neal, obligado tras la muerte de Helen, trata de obtener información sobre el misterioso Sam entre salvamentos de viudas y sobornos, cuando por fin cuenta con el archivo que podría conducirle a la verdad, nos alejamos del tema relajando el ambiente con un capítulo soberbio en el que las teorías conspiratorias de Mozzie cobran vida, casi acabando con la suya.
Cuando Peter y Neal están a punto de concertar una cita con, posiblemente, Sam, Moz entra en el piso de su amigo aterrorizado y enfundado en una lujosa bata. Tras comprar un almacén en una subasta, llegan a sus manos un par de llaves y una dirección, que, usando una de dichas llaves, le proporcionará un alojamiento de lo más lujoso durante unos días. Rodeado de comodidades se ve sorprendido al recibir un ataque a punta de pistola de un encapuchado que se refiere a él como 7-2-3 y le pide "la bandera". Huyendo por un pasadizo secreto
—muy realista todo— consigue escapar y coge un taxi para llegar a donde nos encontrábamos en el momento en que cuenta su historia.
La bandera buscada por el atacante no es otra que la estadounidense perdida en la Guerra de la Independencia, de valor incalculable en la actualidad, y 7-2-3 es un número con el que se refiere a uno de los miembros de la Asociación Culper, la red de espías que fundó George Washinton. Según afirman, los descendientes de los miembros de la Asociación siguen en activo de forma encubierta, información que jamás se ha confirmado, y los fanáticos harán cualquier cosa por probarlo. Seguimos así a Neal, Peter, su obsesión por encontrar tesoros, y Mozzie y su obsesión con las conspiraciones en la búsqueda de la bandera y del culpable de lo ocurrido, llegando a descubrir —sólo algunos— la veracidad de la existencia de los espías y perdiendo de vista la bandera, que de forma oficial, no llegó a aparecer.
Un capítulo en el que nos acercamos más a ese pequeño hombrecito que es Mozzie, que por primera vez muestra sus sentimientos y comprendemos el origen de su carácter paranoico. Además, con un trasfondo histórico la mar de interesante —si queréis investigar un poco sobre el tema, aquí tenéis el artículo de Wikipedia, que es un comienzo [en inglés]— que te envuelve y entretiene hasta niveles hipnóticos. No querréis que acabe. Y si además el encanto y la perspicacia de Neal entran en juego como es costumbre, mejor que mejor.
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