Una semana más, y a escasos seis capítulos del fin, los Botwin vuelven a la carga con un capítulo cargado de novedades. Y es que Silas y Nancy han conseguido el trabajo en la farmacéutica, pero quizás el negocio legal no sea tan fácil como parecía desde fuera. Las dudas de si Nancy volvería a las andadas han sido totalmente disipadas y es que en esta última temporada nuestra protagonista no iba a dejar de lado antiguos comportamientos para comportarse como la santa que nunca fue. Esperemos que esta vez le vaya mejor.
Por un lado, Andy y Jill comparten con el resto de la familia la feliz nueva, pero Nancy no parece muy feliz. ¿Quizás sienta celos de que Andy realmente se esté alejando de ella para irse con su hermana? Impulsado por Jill, Andy recurre al rabino para buscar un trabajo y este le encarga la clase de debate del Torah con unos chavales. Y hay que admitir que se le da más que bien.
Asimismo, Nancy se inicia en el mundo de las ventas de fármacos. A priori parecía fácil, pero realmente las experimentación de nuevos fármacos con pacientes de cáncer es bastante odiosa por parte de los médicos. Finalmente, Nancy tendrá que sacar todos sus encantos para convencer al doctor de turno. Y es aquí cuando podemos ver a la antigua Nancy, la que no duda en abrirse de piernas para salir del apuro y salirse con la suya.
Por otro lado, Silas empieza a trabajar en lo que mejor se le da: el cultivo de marihuana. Y pronto conoce a Zacharias, un tiquismiquis de cuidado con cuya novia parece conectar desde el principio. Lejos del negocio familiar, Shane se ha graduado en la escuela de policía y por primera vez puede lucir la placa. En la graduación conoce a la madre de Angélica, a quién la relación de su hija con Shane no parece gustarle demasiado. Además, el detective encargado de Shane parece introducirle en un círculo íntimo de policías que supongo que tendrá bastante juego.
Por otro lado, Silas empieza a trabajar en lo que mejor se le da: el cultivo de marihuana. Y pronto conoce a Zacharias, un tiquismiquis de cuidado con cuya novia parece conectar desde el principio. Lejos del negocio familiar, Shane se ha graduado en la escuela de policía y por primera vez puede lucir la placa. En la graduación conoce a la madre de Angélica, a quién la relación de su hija con Shane no parece gustarle demasiado. Además, el detective encargado de Shane parece introducirle en un círculo íntimo de policías que supongo que tendrá bastante juego.
A pesar de la lentitud con la que comenzó esta última temporada parece que las cosas se están poniendo interesantes para Nancy y compañía. Ahora que ha vuelto a coger las riendas habrá que ver cómo se desenvuelve en su nuevo trabajo. Por ahora nos quedan unas cuentas tramas abiertas de cara al final y esperemos que este sea satisfactorio y haga justicia a los personajes y a la serie.
Nancy no puede acabar así, con esa vida tan aburrida, tiene que volver a sus negocios. "La cabra tira al monte".
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