Tras un episodio como el de la semana pasada, un cambio en
el curso de los acontecimientos era de esperar. Lo que creo que nadie esperaba
era que ocurrieran tantas cosas a dos episodios de terminar la temporada. Un game change en toda regla. Se han
prendido varias mechas y todas han ido a parar al mismo sitio. Explosivo y
entretenido decimo episodio.
Ahora que Scott y Stiles han descubierto que Matt es la
persona que domina el Kanima intentan dar sentido a todos los asesinatos y ver cómo
pueden inculpar al fotógrafo. Con la ayuda del ex-sheriff Stilinski y la madre
de Scott consiguen una historia lo suficientemente coherente como para detener
al estudiante. Por desgracia Matt y su lagarto van un paso por delante y
atacan la comisaria asesinando a los trabajadores e inmovilizando (ya sea
mediante esposas o cortes tranquilizantes) al grupo de investigadores. Con Scott malherido tras un disparo y Derek completamente paralizado, están a completa disposición de su desequilibrado secuestrador.
Mientras tanto Allison intenta superar el suicidio de su
madre. En un momento tan vulnerable el abuelo Argent aprovecha y la convence de
que la venganza es su deber con la familia y la memoria de su madre. Aunque
algo tópico, el cambio bad ass —a
ritmo de Zola Jesus— tras una muerte, siempre motiva al espectador e inyecta
algo más de acción a la trama. Allison por fin toma la decisión de unirse al
negocio familiar y está decidida a terminar con Derek y su manada.
Con sus rehenes bajo control Matt se toma su tiempo y explica
la razón de los asesinatos. Tras tanta divagación esta resolución es bastante
insulsa, un trauma adolescente es el causante de todo, y Matt resulta ser un
personaje sin aspiraciones de villano, tan solo busca su propia venganza y el
amor de una joven. Gran decepción.
Las alianzas entre los grupos no pueden ser más difusas y es
que cuando los Argent deciden asediar e irrumpir en la comisaria los objetivos
son varios. Por un lado Allison busca a Derek pero al mismo tiempo intenta
capturar (o matar) a el Kanima y su dueño. El combate termina enfrentando a Scott y Derek
con el lagarto. En ese momento, la madre de Scott es por primera vez testigo de
la naturaleza sobrenatural de su hijo, algo difícil de digerir.
Aprovechando el caos reinante, Matt intenta escapar por el
bosque pero se encuentra a Gerard Argent que aprovecha la ocasión para ahogarlo
en el rio. Las consecuencias de esta muerte nos muestran un abanico de nuevas
posibilidades, ya que el Kanima ahora responde ante el abuelo Argent. Algo muy
peligroso para todo ser lupino en la zona.
Este refuerzo en la amenaza de los Cazadores hace que una
alianza entre la manada y Peter Hale no sea algo descabellado. Con estos episodios finales vemos que Teen
Wolf sabe separar el drama adolescente de las tramas serias. Si algo se ha
echado de menos es a Lydia, un personaje muy desaprovechado esta temporada.
Tristemente sufre la maldición del “personaje ignorante”. El siguiente episodio
pondrá a la manda de lobos contra las cuerdas con una Allison dispuesta a todo.
¿Ha terminado la relación entre Scott y Allison? ¿Cuáles son las intenciones
del abuelo Argent? ¿será Peter Hale la ventaja que necesitan los lobos?
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