La semana pasada regresaba en su cuarta temporada White Collar, una de esas series cuyos protagonistas pertenecen al gobierno y en un procedimental ligeramente serializado te enganchan por unas u otras razones. En este caso, sin lugar a dudas y como ya ocurre en otras producciones televisivas como The Mentalist, la causa de la atracción fatal es la personalidad del protagonista.
Neal Caffrey (Matt Bomer, Chuck) ha vivido huyendo de la ley debido a su profesión, ya que se trata de un afamado falsificador, ladrón y embaucador que ha traído de cabeza al FBI durante muchos años. Peter Burke (Tim DeKay, Carnivàle) fue el afortunado en darle caza, pero también sufrirá con la carga de aguantarle una vez Neal consigue llegar a un acuerdo en el que será libre de prisión ayudando como asesor al FBI en su división de guante blanco -white collar— siempre y cuando permanezca en un radio de 3 kilómetros. Atado a su tobillera, siempre bien vestido y con una labia extraordinaria, Peter y Neal resolverán infinidad de casos con la ayuda inestimable de Mozzie (Willie Garson, Sex and the City), el mejor amigo de Neal y no muy buena influencia, y los compañeros de Peter, Jones (Sharif Atkins, ER) y Diana (Marsha Thomanson, Las Vegas), sin menospreciar a la bella Elizabeth (Tiffani Thiessen, Saved by the Bell)
—que para mí será siempre Kelly Kapowski— , la mujer de Peter.
A lo largo de las temporadas emitidas, hemos ido viendo cómo surge una verdadera amistad entre Peter y Neal, que les llevará a meterse en más de un problema, al uno por encubrir al otro en sus prácticas ilegales, y al otro por intentar ayudar al uno con unos métodos no muy ortodoxos. Todo empezó con la obsesión de Neal por encontrar a su ex-novia Kate (Alexandra Daddario, Parenthood), lo que le llevó a la búsqueda de una valiosa y antiquísima caja de música que escondía más de un secreto en su interior. Tras la muerte de Kate en sospechosas circunstancias, sale a la palestra el papel de Vincent Adler (Andrew McCarthy, Lipstick Jungle), 'tutor' de Neal en sus años mozos, y quien parece llevar los hilos en el asunto. La caja de música revelará el paradero de un desaparecido submarino alemán cuyo contenido es un tesoro de incalculable valor que acabará sin quererlo en manos de Neal gracias a Mozzie, que en su afán por dar "su último golpe", meterá a nuestro protagonista en grandes problemas. Se unirá al equipo Sara Ellis (Hilarie Burton, One Tree Hill), que aunque empieza con mal pie con Neal debido a un robo años antes de un Rafael, acabarán saliendo juntos y siendo una pieza clave en la vida de Caffrey, sin la cual no habría sobrevivido en alguna ocasión. La última temporada emitida gira en torno al tesoro escondido del submarino, y cómo Peter trata de averiguar si está en posesión de Neal. Estas investigaciones, aunque bien encaminadas pese a los obstáculos que irán surgiendo
—la mayoría deliberadamente— , caerán en saco roto cuando la némesis de Neal, Matthew Keller (Ross McCall, Crash), librándose de una deuda millonaria por un lado y ayudando a Caffrey de rebote por el otro, confiesa haber robado el tesoro. Sin embargo y cuando la tobillera de Neal, así como su obligación de seguir trabajando para el FBI están apunto de desaparecer, la obsesión compulsiva del agente Kramer (Beau Bridges, Stargate) con Caffrey le obligan a huir para evitar una muy larga temporada en prisión.
Aquí nos dejó la tercera temporada, con Neal y Mozzie en un avión, huyendo de por vida, y hace una semana nos encontramos con que han pasado seis semanas y esta extraña pareja se encuentra en Cabo Verde, en una paradisíaca isla, lejos de sus problemas y disfrutando de la buena vida, que, como es de esperar, no durará mucho. El retorno de Neal a Nueva York no se hace esperar demasiado y en dos capítulos ya hemos tenido persecuciones, tiroteos, manipulaciones y el arresto de la cuarta persona más buscada por el FBI en los últimos años. En un par de semanas han sabido no sólo engancharnos una vez más, sino superarse, porque no sólo Neal ha vuelto a su tobillera, sino que el futuro de Peter peligra, ya que le han reasignado. Ya no pertenece a la división de guante blanco.
A partir de la semana que viene, podréis seguir aquí los avances de Neal Caffrey, siempre con la tobillera puesta y desafiando a la ley por buenos motivos. Parece que nos van a adentrar en su pasado, aún desconocido para todos. Espero no nos defraude, porque lo que empecé viendo por el irresistible Matt Bomer se ha convertido en un must see veraniego. Recomendada 100%, aunque no es una obra de arte
— término que viene que ni pintado para la serie— entretiene que da gusto.







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