Lo más interesante de ver series es la profundidad con la que puedes llegar a conocer a los personajes, ver su evolución. Personajes volubles, oscuros, divertidos... El caso de Walter White (Bryan Cranston), protagonista de Breaking Bad (AMC), es fantástico en este sentido. Cuando lo conocimos, en el ya casi lejano 2008, vimos a un hombre enfrentándose a un cáncer de pulmón terminal, enfrentándose al final de su vida y tomando unas decisiones muy cuestionables pero con una única finalidad: preservar y proteger a su familia, a su hijo con parálisis cerebral y una mujer que se ha vuelto a quedar embarazada, en ese momento de la vida que das por hecho que un embarazo no es posible.
Este profesor de química de instituto, con un economía debilitada y 50 años vividos, se empezó a plantear qué podía hacer para no dejar a su familia en la estacada. Esa familia que no es consciente de su enfermedad porque él no se lo ha dicho, y que es algo no tan raro en enfermos de cáncer: intentar superar la enfermedad solos o, en su defecto, enfrentarse solos a la muerte. Cambia su aspecto físico, pero lo fascinante de esta serie es, a medida que avanzas en sus temporadas, saber si dicho cambio es debido al tratamiento o, en realidad, forma parte de este proceso de cambio por el que Walter White está pasando, esa transición de Walter a Heisenberg, a su álter ego.
O no. O simplemente tiene hambre de poder y esta situación extrema ha hecho que su lado oscuro vaya apareciendo más y más. Todos tenemos un lado oscuro, ¿por qué negarlo? Pero la sociedad, el entorno, las relaciones humanas ayudan -en otras ocasiones, espolean- a mantenerlo escondido.
Walter no está solo. Aparte de su familia nuclear, es decir, Skyler (Anna Gunn)
—su mujer— y Walter Jr. (RJ Mitte)
—el hijo— ; está la hermana de Skyler, Marie (Betsy Brandt) y su marido, Hank Schrader (Dean Morris), policía de la DEA; Saul Gordon (Bob Odenkirk), su abogado y Gustavo "Gus" Fring (Giancarlo Esposito), un narcotraficante que se convierte en su archienemigo. No, no me he olvidado de Jesse Pinkman (Aaron Paul), otro personaje que por si solo se merece un artículo en nuestra sección de Retratos.
Jesse es un antiguo alumno de Walter, con quien se reencuentra al poco de saber de su enfermedad, y juntos empiezan a cocinar metanfetamina. Desde sus inicios cocinando en una autocaravana
—en medio del desierto, cuando Walter solo quería saber de química, y nada más— a sus relaciones complejas con camellos y, posteriormente, cárteles de drogas, han pasado cuatro temporadas increíbles, con capítulos tan memorables como "Fly" (S03E10).
Es curioso observar la evolución de ambos personajes, Walter y Jesse. Mientras Walter va rodando por la oscuridad, va de la persona totalmente integrada socialmente a convivir en los márgenes de la ley; Jesse, por su lado, pasa de ser un chico joven, metido en el mundo de las drogas, tanto para vender como consumir, a una persona con sus dilemas morales, dilemas que Walter parece no haber conocido nunca.
Está claro que en Breaking Bad juegan con la moralidad con todos los personajes. Ninguno se salva, pero quien se lleva la palma es nuestro protagonista, Heisenberg. Sí, Walter cada vez existe menos, y cada vez tenemos más Heisenberg, personaje incómodo en muchas ocasiones, pero con un tremendo carisma. Supongo que por eso nos gusta tanto a todos Breaking Bad, y por eso IMDB, por ejemplo, la puntúa con un 9,3.
Recuerdo ese capítulo iniciado con un flashback, cuando Skyler estaba embarazada de Walter Jr. y buscaban una casa. Walter quería una casa más grande, él tenía que ser el megamillonario químico en el que al final se convirtió su amigo. En fin, Walter quería más, pero Skyler lo domó por un tiempo. Hasta que apareció el cáncer, que ha sido lo mejor que le ha pasado en la vida. Por fin puede ser el cabronazo que siempre quiso ser.
ResponderEliminarHola, Elag!
ResponderEliminarSí, seguramente Walter siempre ha sido en su fuero interno Heisenberg. Reconozco que me fascina el viaje hacia la oscuridad de este hombre, así como que Skyler no me gusta nada... Ganazas de que regrese esta inmensa serie!!
Gracias por pasarte por aquí!
Yo también pienso como Elag, que Walter White siempre fue Heisenberg. Las circunstancias de su vida fueron las que le forzaron a ser como es ahora, un hombre sin escrúpulos que solo quiere decir "I Won". Brutal.
ResponderEliminarBuen artículo ;)
Gracias, Torllo! Está claro que Walter da para una tesis... :)
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