Saturday Night Live S37E20 Eli Manning/Rihanna

¿Por qué, Lorne Michaels, por qué? Después de una temporada con grandes cómicos como Anna Faris, Ben Stiller o Maya Rudolph, te guardas los descartes para el final. Un "atleta" es el encargado de hacer de host esta semana. ¿Lo de atleta entre comillas? Se trata ni más ni menos que de un jugador de fútbol. No de fútbol de verdad. De fútbol del suyo. El falso e irrisorio deporte que sólo ha servido para desvirgar a millones de cheerleaders de América a lo largo de los años.

Este individuo, llamado Eli Manning, podría pasar fácilmente, por motivos físicos e intelectuales, por algún pariente bastardo de la familia Bush, lo que lo convierte automáticamente en el menos gracioso del clan (lo de las armas de destrucción masiva sí que fue un buen chiste). 

La vuelta del SNL, tras tres semanas de parón, ha sido, a modo de comparativa, como el triste y vergonzoso camino a casa tras una mala noche llena de muchas y muy malas decisiones que han tenido lugar en cama ajena. Pero no matemos la ilusión tan pronto y cumplamos el protocolo.

Live from New York, it's Saturday Night!

"Look! A microphone!"

El día de la madre tuvo lugar este pasado domingo, y un falso comerical de Amazon nos recuerda, entre otras cosas, la importancia de los pestillos en las casas. Fifty Shades of Gray, un libro que desconocía por completo, parece ser la nueva sensación entre el público femenino, haciendo que estas olviden que el día es indicado para pasarlo con la familia, no con el vibrador. El momento micrófono ha sido de lo mejorcito, y por un momento, pero sólo por un momento, he creído en el potencial del capítulo. Ilusa de mí. 

"Ladies and gentlemen, Rihanna"

Se confirman cada vez más mis sospechas. Rihanna es la Bob Dylan del R&B. Me gustan muchos temas suyos, pero, por favor, que los cante otro. No tengo nada contra su persona, pero yo también he berreado algún tema suyo en el coche, la diferencia radica en que mis berridos quedan en la intimidad y los suyos en el prime-time norteamericano. 

Hace apenas dos años esta jovenzuela ya se pasó por aquí, y ha vuelto a demostrar que, aun con su voz adulterada por un sinfín de sintetizadores, sus directos siguen siendo un crimen contra la audición.

"The dictator is the best movie I've ever seen"

Y yo me pregunto, ¿por qué no se quedó Sasha Baron Cohen a participar durante el resto del programa? Sí, el nivel de elegancia habría bajado hasta el mismísimo inframundo, pero habría sido lo único que me hubiera motivado a darle al pause de la videoconsola. En lugar de ello, se limitó a hacer publicidad de su nueva película, y a torturar a Martin Scorsese (me pregunto si hubiera sido tan valiente con Joe Pesci). Poco puedo recordar a partir de aquí, el interés y las risas enlatadas (que en este programa NO lo son) se fueron disipando poco a poco hasta provocar incómodos silencios sólo perpretados por el molesto sonido que emitía la incorrecta dicción del host. 

Muchas ausencias prolongadas, sketches sin ningún tipo de solvencia, y, en general, un programa que más bien parecía una intervención de apoyo al niño tontito de la familia. Ni Abby Elliott ni Kirsten Wiig -con un pie fuera del programa- salieron al rescate del barco, que se fue hundiendo poco a poco desde el mismo principio. Y esto es sólo el preludio del horror. Will Ferrell, alumno aventajado salido de esta misma escuela y, para mí, el peor comediante que jamás el mundo anglosajón ha dado a conocer internacionalmente, vuelve para hacerme dormir con las luces encencidas durante un mes. Y echará el cierre Mick Jagger, gran aporte musical, pero cero interpretativo. 

Esta semana no tengo greatest hits, pero sí un interrogante: ¿por qué, Lorne Michaels, por qué?