Olivia Pope (Kerry Washington) es una abogada que no ejerce como tal y trabaja en Washington DC y que, con su equipo de abogados, se dedica a resolver los problemas más complicados de los ricos y poderosos de la capital estadounidense. Desde el joven rico hijo de padres influyentes acusado injustamente de violar a una chica a la mujer del dictador latinoamericano del cual se quiere divorciar.
Partiendo de esa base, Scandal podría llegar a ser un buen procedimental; las historias políticas y de abogados, tanto juntas como separadas, nunca están de más. Sin embargo, Scandal está creada nada más y nada menos que por Shonda Rhimes, que saltó a la fama por Anatomía de Grey hace ya más de 8 años, una serie que parece que exprimió en sus primeras temporadas el talento de Rhimes, ya que con sus otros proyectos (Private Practice, Off the Map) no ha tenido tanta suerte (la primera a niveles de calidad y la segunda a niveles de audiencia, fue cancelada en su primera temporada).
El principal problema de Scandal son los delirios de grandeza con los que Shonda Rhimes aborda la serie. Ha visto unos cuantos capítulos de El ala oeste de la Casa Blanca (The West Wing) y quiere demostrar que sus diálogos y su retórica no tiene nada que envidiar a los de Aaron Sorkin. El problema, por supuesto, es que sí que tiene. Probablemente pensó que si un personaje habla rápido debe ser signo de gran intelecto, así que eso hacen todos sus personajes: hablar a unas velocidades abrumadores, casi molestas; el inconveniente es que velocidad no significa inteligencia y los diálogos son vacíos y, cuando no lo son, son dignos de Meredith Grey, no de Joshua Lyman o CJ Cregg. Sin embargo, mi parte preferida es su walk and talk particular, que podemos decir que es, más bien, un walk backwards and talk, porque sus personajes tienden a hablar mientras caminan hacia atrás, ya que parece que para Shonda eso es, sin duda, admirable y muestra inequívoca de inteligencia.
Mientras que los secundarios que trabajan con Olivia son personajes bastante insulsos y casi intercambiables, ella es el alma de la serie y todos los esfuerzos de los guionistas van a mostrarnos lo inteligente y lo brillante que es en su trabajo trabajo. Además, la principal trama de tensión sexual no resuelta tiene como protagonistas a ella y, nada más y nada menos, que el Presidente de los Estados Unidos de América. Sus escenas juntos son tan ridículas y pasadas de rosca, que la única opción que tienes es reírte ya que gastar energías en indignarte viendo esta serie supondría estar sin fuerzas para el resto de la semana. Personalmente, creo que Shonda está enamorada de Obama y esta serie es su forma de dejárselo saber o de fantasear sobre ello.
Sin embargo, hay que reconocer que Scandal funciona como un perfecto placer culpable debido a su ritmo endiablado, gracias al cual no paran de ocurrir cosas a lo largo de los capítulos y que engancha bastante. Además, la mezcla de los casos episódicos con la trama horizontal que ha ocupado los primeros siete capítulos de la primera temporada ha estado bastante bien llevada; a mí incluso me ha dejado con ganas de la segunda temporada, ya confirmada por la ABC.
¿Y vosotros, le habéis dado una oportunidad a la serie de Shonda? Si es así, ¿tenéis pensado seguir con ella la temporada que viene?
Aguanté unos 20 minutos del primer capítulo. La rapidez con que hablaban me dio dolores de cabeza y me recordó a mi estancia en Belfast hace unos años, donde se me cayó el mito de que sabía inglés porque no entendía ABSOLUTAMENTE NADA. Las frases "gladiator in a suit" y "leader of the free world" son demasiado hasta para mí, que profeso gran amor por la política americana. Totalmente de acuerdo con que la Shonda se cree que éste es su particular The West Wing. También creo en lo oportunista que resulta. Se acercan elecciones, y ahora todas las celebrities nos tienen que taladrar hasta la saciedad mostrando su prelidección por Obama. No, gracias. Igual que hice con Grey's Anatomy allá por su cuarta temporada, y con Private Practice, os aseguro que un mundo feliz os espera fuera de la cabeza de esta lunática.
ResponderEliminarNo aguanté más de dos episodios. Es que no entendía nada de lo que decían.
ResponderEliminarComparto toda tus opiniones, incluido lo del guilty pleasure... Viéndola he sentido vergüenza ajena y, a pesar de ello, he seguido viéndola... Qué cosas. Y sí, realmente parece que son sueños calenturientos de Shonda con Obama. ¿Está proyectando sus deseos? Y sí, seguiré con la 2a temporada.
ResponderEliminar@Patrix Menos mal que alguien piensa como yo... Ya pensaba que estaba loca. Scandal es el MAL pero es entretenida de ver, al menos te puedes reír de ella bastante.
ResponderEliminarPero, vamos, entiendo a los demás, ver esta serie es un acto de sacrificio demasiado alto.
Yo también los entiendo, Spidermarga!! Ya te digo que hay capítulos en los que paso más vergüenza ajena que otra cosa, pero aun así... lo acabo!!! Jajaja... Qué horror lo que nos pasa. Y eso que no aguanto ninguna otra serie de Shonda. En fin. Todos tenemos nuestros pequeños "pecados seriales"... :)
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