¿Sabías que Amanda Peet protagonizó una serie en el 2012?

Probablemente no, y si lo hubieras sabido, ya es muy tarde. Bent es una de esas series que parpadeaste, y te lo perdiste. Fue preparada el año pasado, pero así como muchas otras, fue reservada para estrenarse a mitad de la presente temporada. Sin embargo, NBC lanzó la pequeña comedia de Amanda Peet por la borda en medio de su precaria programación, para que nade o se hunda. La comedia conformada por seis breves episodios, llegó a las pantallas estadounidenses por tan solo tres semanas, quemando todas las posibilidades de una segunda temporada. En fin, si te animas a verla, te sentirás como un niño a quien se le cayó un helado a medio comer.

Bent es una comedia romántica de lo más simple, con un par de actores que tienen química de sobra: Peet (Studio 60) como Alex y David Walton (Perfect Couples) como Pete. Alex es una mujer recién divorciada que se siente sexualmente reprimida. Cuando decide remodelar su casa, contrata a Pete, un mujeriego vividor que tiene una grave adicción a los juegos de azar. Inicialmente, Alex establece los límites, pero Pete no está dispuesto a aceptarlo y hace lo imposible para probarle que ambos deben estar juntos. Inicialmente, éste rollo no convence, pero no hace falta tener una temporada de 22 episodios para que busques su felicidad.

La comedia también tiene un grupo de personajes secundarios que añaden diversión a la mezcla. La hija precoz y la hermana liberal de Alex, el padre de Pete quién vive como un actor frustrado y sus compañeros de trabajo. Por otro lado, también existe el novio de Alex, un cirujano que vive del cliché más viejo de todas las romcoms. Es un hombre trabajador, profesional y tranquilo, todo lo contrario a Pete. Sabemos que Alex está con él porque necesita seguridad, pero también sabemos que Alex simplemente, está interesada en Pete, porque ambos se atraen.

Aunque Bent no traiga nada nuevo, y su historia sea de lo más repetitiva, debemos darle crédito a las ganas que ponen de predefinirse a si mismos. Es bastante divertida y te arranca sonrisas a ratos. Con las típicas torpezas de Alex y las metidas de pata de Pete, recordaremos a éste serie por un rato, pero luego la olvidaremos, porque la huella que marcó fue muy superficial.