Sheldon va a hablar con una presa embarazada, una mujer que anteriormente asesinó a sus dos hijos. La mujer resulta ser un paciente de Jake, quien les ayudó a ella y a su marido a tener otro hijo y ahora se siente culpable.
Addison intenta que Amelia se haga una ecografía y tras un capítulo lidiando con madres y embarazos, parece que la acaba convenciendo. Addie y Jake se besan pero al volver a casa, Sam también la acaba besando.
Peter se entera de que Violet ya no sale con Scott e intenta decirle que quiere quedar con ella otra vez. Al final del capítulo, se acaban confesando que aún se quieren pero ella aún no está segura de lo que pasó con su relación y no quiere ir tan rápido.
Mason y Cooper se intentan adaptar a la vida sin su madre, que aún sigue en el hospital muriéndose, pero parece que Mason no acaba de entender que realmente se va a morir, cree que aún puede salvarse. Al final, Charlotte acaba convenciendo a Erika para que Mason suba a despedirse por última vez y ella muere abrazada a su hijo.
El capítulo termina con una buena noticia: una de las madres a la que Addison ha ayudado a parir (que no creía ser buena madre), ha visto su fotografía y quiere que ella sea la madre adoptiva.
YAY! Que se dejen de hombres y le den a Addison una buena trama con su nuevo hijo adoptivo (parece ser). Y por lo menos, si le dan un hombre, que sea Jake y no el tonto de Sam que solo la ha querido de vuelta cuando ha oído que ella ya no deseaba un bebé.
La trama de la madre asesina ha sido un poco escabrosa y hemos tenido la típica reacción de culpabilidad que tampoco ha sido especialmente emotiva. No me ha gustado que siguieren con el tema de Erika, porque ya hubo un capítulo de despedida bastante bueno y no hacía falta alargarlo más; aunque al final ha quedado bastante decente y en los próximos capítulos sabremos cómo lo llevarán estos tres.
El próximo capítulo promete pelea entre Sam y Jake y Addison acostumbrándose a su nueva vida. Además, parece que pasa algo con el bebé de Amelia... (no me digas).
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