Con la serie renovada para una quinta temporada de 13 episodios, en la que seguro se resolverán los conflictos y las preguntas de Fringe, no me hubiera importado lo más mínimo que la cuarta temporada de Fringe acabara en este Worlds Apart. Ha sido un episodio mágico y trepidante con un aire muy de season finale, que ha rescatado (como ya viene siendo habitual) elementos ya míticos de la serie, consiguiendo así ofrecer un espectacular aporte para la recta final de esta temporada que además cierra un ciclo para la serie, el Over There. Un capitulazo en toda regla.
Los niños del Cortexiphan
Esto no me lo esperaba. Los niños del Cortexiphan, compañeros de la niñez de Olivia, todavía tienen algo (y mucho) que decir. Volvemos a ver a Nick Lane, el empático que apareció por primera vez en Bad Dreams (S01E17) y a Sally Clark, los cuales curiosamente tuvieron un papel importantísimo en nuestra conexión con el universo rojo, por lo que no deja de ser poético que hayan regresado para este episodio. Los antiguos sujetos de prueba han sido reclutados por David Robert Jones en base a mentiras: les ha dicho que están en guerra contra el universo rojo y que para impedir que acaben con ellos deben tomar su posición de soldados, para la cual fueron entrenados. Los niños del Cortexiphan viajan por todo el mundo, colocándose en lugares estratégicos donde provocan al mismo tiempo una serie de terremotos, y Walter aventura que de seguir así podrían acabar con el universo.
Aunque no me suena que estos jóvenes pudieran generar terremotos (igual les ha enseñado Jones) me ha encantado su participación. Además, ya tiene algo más de sentido la aparición de la secta The Next People, y es que Jones planea destruir el universo colisionando el azul y el rojo, y repoblar el planeta con las especies artificiales genéticamente avanzadas (es decir, los bichos del Arca de Noé); Jones tiene complejo de dios, y va a ponerse a prueba. Además, tiene sentido que los niños del Cortexiphan formen parte de la repoblación prevista por Jones, aunque ellos no lo sepan.
A Nick Lane le volveremos a ver porque aunque Olivia aparentemente le convence para que trabaje para ellos, Nick les engaña y escapa para volver, suponemos, con Jones. En la doble season finale tendrán mucho que decir los niños del Cortexiphan, pues serán los protagonistas de los planes maléficos (o no, ya veremos) de Jones. ¿Se saldrá con la suya?
El adiós a Over There
Cuando se quedan sin alternativas, las divisiones Fringe de ambos lados se reúnen por última vez para tomar la decisión que trataban de evitar: apagar la máquina y romper el vínculo entre los dos universos. Para el universo azul no supondrá gran cosa pero el rojo dejará de sanarse como ha venido haciendo durante este tiempo. Con este apagón, podemos suponer que no volveremos a ver al universo rojo en un tiempo, y quizás apenas aparezca en la última temporada. Se ha cerrado un ciclo, los personajes han hecho las paces con sus alternos y la historia presente ya no necesita avanzar por el universo de Fauxlivia.
Sin duda, la parte más magnífica del episodio ha sido la de las despedidas. Nuestros protagonistas le dicen adiós a sus alternos por separado, destacando cómo no las interpretaciones de John Noble y Anna Torv. Cuesta recordar que no hace tanto tiempo estos personajes se querían matar, literalmente, unos a otros, y ver a las Olivias separándose en absoluto respeto y admiración o a los Walters (uno avergonzado por sus actos en el pasado y otro que entiende y perdona) compartiendo sus miedos como si fueran la misma persona ha sido brillante. Además, para los fans de Lincoln y Olivia, que éste decida quedarse en el universo rojo, su hogar, seguramente acabará en una relación entre el agente y la pelirroja.
¿Volveremos a verles? ¿viajaremos a Over There de nuevo? Espero que sí.
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