En realidad, sí que lo hace, pero no lo suficiente. La serie de Seth Gordon y Adam Goldberg no necesitaba mucho esfuerzo para superar su ya de por sí flojo discurso, y la llegada de la gran Megan Mullally al fin y al cabo ha supuesto un soplo de aire fresco para una producción a la que le faltaban un par de vueltas y, por qué no, un buen tajo del hacha de la cancelación (previsto para este mayo). Breaking In se estrenaba en abril del año pasado en la Fox y nos vino a contar las peripecias de un grupo de extravagentes genios y/o bribones que trabajan en una firma de alta tecnología dedicada a asaltar equipos y lugares de alta seguridad para buscar brechas de acceso para ladrones codiciosos. Y como de brechas va el asunto, señalemos el gran agujero negro y principal responsable de que Breaking In no tenga el éxito esperado.
Es injusto señalar con dedo acusador a un miembro del reparto como responsable del principal error garrafal de una serie donde trabajan decenas de personas, pero el sujeto en cuestión no es precisamente conocido por su suerte en la pequeña pantalla. Así, Christian Slater (The Forgotten) ostenta la mano negra del fracaso interpretando al jefe de nuestro protagonista (que hay que decirlo, tampoco es que sea muy carismático), Oz, un personaje excéntrico y confuso cuyo principal delito a los ojos del espectador es que vaya de triunfador y conquistador, algo que aún no he llegado a comprender si es una broma con poca gracia o una verdadera metedura de pata del director de casting. Slater le resta puntos a una serie que de por sí no tiene mucho de lo que alardear, y completa un reparto (o completaba, ahora que estamos en la segunda temporada) en el que están nuestro chico protagonista Cameron (Brett Harrison, V); el geek con más de una inspiración en el gran Maurice Moss de The IT Crowd, Cash (Alphonso McAuley, Love That Girl!); la explosiva joven experta en cerraduras Melanie (Odette Annable, Brothers & Sisters); y el personaje pintoresco pero escandalosamente divertido de Creepy Carol (Jennifer Irwin, Still Standing).
No es difícil averiguar por qué la Fox la renovó el año pasado a pesar de que su primera temporada tuvo un éxito más bien nulo, pues está claro que la rompedora cadena necesitaba una serie que pudiera conquistar al nicho de población que es capaz de organizar campañas a escala mundial para que renueven Community. Breaking In, especialmente en esta segunda temporada, trata de ofrecer una alternativa para el público joven que baila entre lo geek y lo nerd al mismo tiempo que disfruta de la televisión, y como pretensión no tiene ningún pero. No obstante, a pesar de que es cierto que el enfoque de su humor va destinado a ese público, acaba siendo opacado por defectos tan obvios como que los personajes han quedado subyugados bajo el impulso de explotar tantas treferencias a la cultura popular como sea posible. Aunque Breaking In no se parece a Community, The Big Bang Theory o 30 Rock pero al menos se agradece el esfuerzo.
Lo que tenía claro la cadena es que no iba a dejar escapar esta oportunidad así como así y por eso ha traído a la todoterreno de Megan Mullally para que ventile el aire viciado de la serie. ¿El resultado? Tremendamente positivo. La actriz que un día nos conquistó en Will & Grace interpreta a Ronnie, una pizpireta mujer (ahora que lo adorkable está de moda) que se hace con el control de la empresa de Oz, Contra Security, y que ilumina la pantalla con sus chistes pasados de moda pero que aún tienen en ella el efecto de siempre. Además, con su incorporación se ha sumado al reparto Molly (Erin Richards, Being Human), su secretaria inglesa y que hará las delicias de los chicos de la serie. ¿Lo malo? Como era de esperar, un excesivo aunque necesario interés en el nuevo personaje, que ocupa la mayor parte del metraje, y que inexplicablemente el personaje de Melanie desaparezca en el segundo episodio con cliffhanger incluido para convertirse en un personaje invitado que no sabemos si regresará.
Tengo claro que a estas alturas Breaking In todavía podría ofrecer mucho más, pues tiene todos los elementos necesarios para ello, pero necesita una depuración urgente e incorporar a su reparto con algo más de ingenio para que no parezcan maniquíes en el fondo de la escena. Megan Mullally ha traído a Breaking In la oportunidad de ofrecer algo más pero, como es obvio, no creo que lo vayamos a ver más allá de esta segunda temporada.
It's really a great and helpful piece of information. I'm haρpy that you shaгed thiѕ uѕeful infοrmаtіon ωіth uѕ.
ResponderEliminarPlеase keep us infoгmed liκe this.
Thanks for shагing.
Hеre is my website New Bingo Sites