Grey’s Anatomy también vuelve tras varias semanas de descanso, y su vuelta no se la ha querido perder nadie; 9.7 millones de personas sintonizaron el canal para ver este nuevo episodio. El capítulo de esta semana no ha estado nada mal, pero lo he visto un poco lento; es decir, la mayoría de los casos médicos se han terminado pronto, centrándose así en los temas personales durante el resto del episodio. Sin duda, lo mejor del episodio ha sido la trama de Cristina, además da mucha pena que finalmente descubra la verdad que todos sospechábamos.
Derek echa de menos tener a Meredith en su servicio, y aunque desde un principio quedaron en que no era buena idea, le pide que vuelva a su equipo por un día para convencerla. Tienen un caso, una mujer de 27 años que sufre desmayos a causa de un quiste en el cráneo, y Derek deja a cargo a Lexie y Meredith de la cirugía mientras él está en otro quirófano. Todo va bien hasta que hayan un tumor benigno y deciden extraerlo sin el consentimiento de la paciente, lo malo es que al quitarlo dañan sin querer una zona que afecta al habla de la paciente. Evidentemente, el responsable es Derek y se da cuenta de que Meredith no debe volver a su equipo.
Cristina se tiene que ocupar de una pareja que tras un accidente, uno de ellos está clínicamente muerto, pero su marido no puede firmar los papeles para desconectarle ya que le prometió que nunca lo haría. No sólo tiene que enfrentarse ante la negatividad del marido del paciente, sino que tiene que hacerlo junto a la enfermera con la que sospecha que Owen le está siendo infiel. Cristina entiende que su el hombre en cuestión no pueda dejar ir a su marido, ya que ella tampoco puede dejar ir a Owen tras sus sospechas, pero finalmente consigue que firme los papeles. Al llegar a casa, y tras enterarse de que la enfermera no tiene nada con su marido, Cristina intenta arreglar las cosas con Owen, pero él le confiesa la verdad: sí le ha sido infiel.
Por otro lado, la madre de Jackson acude al Seattle Grace para implantar una vejiga creada a base de células madre a una paciente. Pero no viene sóla, sino que lo hace con una alumna suya con la intención de hacer la función de espía para enterarse de los secretos de Jackson. Además, intenta tener una cita con Richard, el cual acepta hasta el último momento en el que decide quedarse con su mujer aunque apenas le reconozca. Y por último, Alex se está involucrando demasiado en el caso de su interna y su bebé, hasta el punto que sospechan en el hospital de que ambos tienen una relación. Callie al ver esto y hablar con Alex, se da cuenta de que él sólo quiere que la chica pase esa racha con un amigo, y le aconseja que mantenga las distancias porque la interna empieza a sentir algo.
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