La segunda temporada de The Walking Dead por fin ha regresado de sus meses de vacaciones, y en mejor forma que la esperada. Tras una primera parte de temporada bastante anodina y con una trampa (apelativo injusto pero muy válido) totalmente inesperada y apoteósica, por aquello de que la escena con la que terminaba el primer ciclo fue de lo poco rescatable de esa tanda de episodios, parece ser que todavía queda esperanza para aquellos que habían pensado en abandonar The Walking Dead, que no son pocos. En realidad, poco ha cambiado: el ritmo se mantiene igual de pausado, los zombis (para aquellos que la ven solo para pasar algo de miedo) han escaseado y la historia no ha avanzado lo más mínimo. Pero, como os recomendaría a aquellos que habéis leído los cómics, como un servidor, si te olvidas de todas las expectativas puestas en la serie (que no eran pocas) podemos rescatar un producto que de momento podría mejorar y acabar dándonos algo bueno. Tampoco podemos decir mucho más de Nebraska, y es que es un episodio que actúa como nexo entre la primera parte y lo que será la próxima historia de los supervivientes al apocalipsis zombi. Todo será cuestión de esperar, pero como hemos aprendido la lección, no será durante mucho tiempo.
Inmediatamente después de que Rick le pegue un tiro en la cabezaa Sophia, la (pesada) niña a la que estuvimos siguiendo la pista el pasado año mientras estaba encerrada en el granero de Hershel convertida en zombi, continúa esta historia y, al mismo tiempo, el drama. Carol es un mar de lágrimas, Rick se lleva las manos a la cabeza, Carl contempla impertérrito la escena, Daryl ve cómo sus enfuerzos han sido en vano, Shane vacila, Hershel se desploma... Nebraska no trata sobre cómo afronta el grupo la pérdida de Sophia sino sobre cómo se sienten cuando descubren que todo ese tiempo, durante el que han estado luchando por encontrarla, ya estaba perdida. Los ánimos flojean y la esperanza, si es que quedaba alguna, se pierde. Nuestro grupo podría enfrentarse a abandonar el preciado refugio que es la granja mientras su dueño, Hershel, se ampara en la bebida para paliar sus penas por haber perdido definitivamente a la familia que creía recuperar en algún momento; el resto trata de dar fin a esta historia enterrando los cuerpos de sus seres queridos mientras Dale trata de desenmascarar a Shane ante el resto de sus amigos, algo que no consigue ni mostrándole sus sospechas a Lori acerca de que el violento superviviente asesinó a Otis para salvarse. Shane, por otro lado, apenas puede ocultar que se siente culpable y confuso por sus actos y podemos ver cómo la locura se va apoderando de él.
En esta caótica situación se desarrollan dos historias con bastante gancho: por un lado tenemos a la pareja de Glenn y Maggie, que se ven envueltos en la confusión y no saben qué pasará con ellos si los grupos se separan. Por otro, Rick (acompañado por Glenn) corre en busca de Hershel, que se esconde en un bar del pueblo, aunque las intenciones para recuperarle no quedan claras (¿por compasión? ¿por interés?), aunque en principio le necesita para que ayude a una de sus catatónicas hijas que se encuentra en estado de shock. En el bar hacen acto de presencia dos extraños, Dave (Michael Raymond-James, True Blood) y Tony (Aaron Munoz), los cuales afirman que Fort Benning ha caído ante los zombis (era el destino de nuestro grupo) y están más que interesados en compartir refugio con los supervivientes de Atlanta. Cuando las cosas se ponen tensas, Rick se ve obligado a matarles para proteger a los suyos... ¿o es porque poco a poco va perdiendo su humanidad? (ya lo decía Dave, somos todos iguales). Mientras, Lori había cogido otro coche para ir a por Rick y por el camino se choca con un zombi y tiene un aparatoso accidente. ¿Aparecerán más? Seguro.
Dave y Rony ya no son una amenaza pero creo que además de los zombis, The Walking Dead debería enfocarse en esa faceta tan poderosa en los comics y tan poco explotada de momento por la serie como es la lucha por el poder de los humanos supervivientes. De hecho, se espera que conozcamos a más de un personaje que tratará de controlar los pocos recursos existentes en este mundo apocalíptico, y es que en cuando el final se acerca los poderosos tratan de acaparar todo lo posible. Mientras esperamos que tiren por ahí (y que veamos a muchos zombis por el camino), queda esperar cómo enfocarán lo que queda de temporada, aunque la promo del episodio siguiente parece tirar por donde digo. Nebraska ha sido un breve cierre de lo que vimos anteriormente y lo que demandan los espectadores es más acción y menos dudas. Al fin y al cabo, el potencial de The Walking Dead está más que claro. Tan claro como que si el resto de la temporada acaba siendo como la primera parte el año que viene no seguiremos con esta serie.
Promo S02E09. Triggerfinger
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