Empiezo con una sentencia: Marilyn Monroe es atemporal. Pero aparte de esta afirmación, debemos añadir que este año se cumplen 50 años de su muerte (el 5 de agosto de 1962). Por eso no es de extrañar que este año nos encontremos con diferentes obras en relación a este mito, como la película My week with Marilyn o la serie de la que hablamos hoy, Smash, el nuevo musical creado por Theresa Rebeck y producida por Steven Spielberg para la cadena NBC. Sí, es un musical, pero si has pensado en algo como Glee, mejor que te alejes. Smash es un musical, como Glee, pero en bueno, en Broadway, con un elenco muy bien elegido. Desde Debra Messing a Jack Davenport, pasando por Anjelica Houston. En el equipo artístico de Smash están Craig Zadan y Neil Meron, productores de los musicales Chicago y Hairspray, por lo que conocen el género de primera mano.
Smash sigue el proceso de montaje de Marilyn, the musical, desde sus inicios como idea hasta la producción. Logra transmitir lo que son los entresijos de un montaje de este tipo. La elección de los artistas, el director, los creadores. El backstage. Las disputas y los malos rollos entre unos y otros. Los rencores. Los miedos.
Julia Houston (Debra Messing) y Tom Levitt (Christian Borle) son los creadores. Ella es la letrista y él, quien hace la música. Ambos forman una pareja de creadores con una larga experiencia trabajando juntos en Broadway y son los que quieren llevar a escena el musical sobre Marilyn. Pero para ello, necesitarán dinero, y es aquí donde entra Eileen (Anjelica Houston), la productora inmersa en un divorcio bastante duro.
Hasta el momento, en el que llevamos cuatro episodios, hemos visto la elección del director (Jack Davenport como Derek Willis), la lucha por el papel protagónico, que recae entre Karen Cartwright, interpretada por Katharine McPhee (quedó 2ª en American Idol) y que interpreta a la chica nueva, la que empieza, sin experiencia, pero muy talentosa. Su historia puede sonar a típica: chica joven que va a Nueva York para dedicarse a lo que más le gusta, cantar, y que trabaja de camarera para sobrevivir. E Ivy Lynn (Megan Hilty), la cantante con experiencia, que tiene claro que quiere ser una estrella, que actualmente está en un espectáculo, y que es amiga de uno de los creadores. La novata contra la veterana. La inocencia contra la sabiduría de quien está metida de pleno en el mundo de los musicales. Ambas tienen unas voces increíbles y es una gozada disfrutar de las canciones. Me gusta especialmente como recrean las canciones. Aún estando haciendo la selección de la protagonista, te llevan a ver cómo quedará sobre el escenario. Con sus vestidos, su coreografía y su decoración.
Por lo que llevamos visto, las protagonistas de la serie son Ivy y Karen. A pesar de que ya han hecho el cásting, y a partir del episodio segundo ya sabíamos quién ha sido la elegida, ello no quita que no vayamos a ver la lucha entre ambas. La una, por mantenerse en el rol de Marilyn y luchar contra sus propias inseguridades; la otra, por mantenerse dentro del musical. Y nosotros, como espectadores, nos posicionamos a favor de una o de otra.
Si os gustan los musicales, os recomiendo vívamente esta serie. A mi me tiene enganchada desde el piloto y, a pesar de que los datos de audiencia están empeorando (recordemos que el piloto lo vieron 11 millones de personas, y ha bajado a los 6 millones), confío en seguir podiendo disfrutar de estos fantásticos números musicales y de los entresijos de Broadway.
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