
“I prefer raper... to rapist”
La semana pasada nos enteramos de que Californication ha sido renovada para una temporada más, la sexta. Son buenas noticias, ya que esta quinta temporada está teniendo un buen ritmo. Y este quinto episodio es un buen ejemplo de ello. Para mi ha sido el más divertido hasta el momento. Lo que sí ha quedado claro es que, en el fondo, Californication es una serie de “hombres-niños”, Peter Pan(es) que disfrutan de lo que aporta la edad, pero manteniendo el jugueteo de la infancia.

Y empieza la aventura de los 3 amigos. Este es el punto infantil e inmaduro que pulula por toda la serie. Y ojo, no lo digo a modo de reproche. Es algo inherente a Californication. Si no, no tendríamos serie. De todos modos, sigo pensando que Hank intenta cambiar su vida, a su manera, por supuesto, pero es como dice en una de las escenas, en la que está hablando con Kali: “I try to get out, but he pulls me back in with the money. And, uh, the money. And-and, oh, the exceptional weed”. Vamos, que es fácil de convencer para irse de fiesta o, si tercia, a patrullar en un coche policía. Y luego tenemos a Charlie, quien ha tenido un encuentro sexual... sorprendente. Y lo dejaremos aquí.
A resaltar el encuentro en el restaurante japonés con Becca y Karen. Robert está desnudo, encima de la barra, borrachuzo gracias a que Tyler le ha cambiado las copas. Tyler es como debía ser Hank a los veinte, de acuerdo, pero me cae mal. Sé que sueno incongruente, pero me cae gordo. Ya lo he dicho. Y Becca también ha perdido. Siempre ha sido oscura, pero lamento que en esta temporada no comparta más escenas con Hank, ya que era la que le daba las mejores réplicas, la única capaz de cuestionarlo de verdad.
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