Poco importan ya los datos de audiencia que recoja Fringe episodio tras episodio, que demuestran su precaria situación en la Fox y que parecen fomentar futuros suicidios en grupo entre el fandom de la Red. Tampoco importan las campañas que se inicien para, supuestamente, lograr su renovación este mayo e incluso me atrevería a decir que tendrían que cambiar mucho las cosas (pongamos, por ejemplo, pasar del mínimo de 1.1 a un solvente 2-2.5 de la segunda temporada, pasable para la noche del viernes) para que sea cual sea la decisión que se tome esta primavera sea de algún modo positiva para sus seguidores. Y, no nos engañemos, la actuación despreocupada tanto de la cadena como de las productoras (normalmente en estos casos se observa una mayor visibilidad de sus responsables en la Red rogando por su serie) así como los recientes acontecimientos de esta temporada llevan a pensar de que el final de Fringe no queda lejos y que tal vez recibamos un final digno esta temporada que pudiera ser válido como final de serie.
Peter necesita volver a su realidad. Necesita volver con su padre, con su gente, con su Olivia. Y es precisamente a ella a la que pide ayuda: acompañado del agente Lincoln, que en esta realidad vemos que es algo más que un compañero para Olivia, Peter viaja al otro universo utilizando el portal que construyó Walter en el lago Reiden. Como el Walter de este universo le tiene terror, Peter planea acudir al terrorífico Walternate para que le ayude a recalibrar la Máquina y con ello reparar el daño causado y regresar a su realidad. Mientras Peter y nerd Lincoln llevan a cabo su plan de infiltrarse en la Estatua de la Libertad, vemos como Walternate está ocupado con un asunto de cambiaformas, algo que el Secretario de Defensa quiere aclarar de una vez por todas (recordemos que los "buenos" le acusan de haberlos enviado). Tras pasar a través de su madre, Peter logra alcanzar a Walternate, que se nos revela por primera vez como una buena persona que hizo lo que tuvo que hacer y que sólo quería hacer el bien. Él no fue quien mandó los cambiaformas y vemos cómo desenmascara a su ayudante Brandon.
Como regalo, dos preciosos cliffhangers: September (el Observador) INTERVIENE y acude a Olivia a la que le dice, antes de (suponemos) morir de un disparo en el pecho, que en todos los futuros que ha visto ella debe morir (¿el tiro en la cabeza?). En el otro universo, Broyles "solo tengo una camiseta" parece estar más que involucrado en el tema de los cambiaformas y por teléfono se comunica con, ¡sorpresa!, David Robert Jones (¿os acordáis del zumbado de la primera temporada que Peter partió en dos con un portal?). Porque está claro que si Peter no existe Jones no ha muerto y por tanto veremos cuáles eran sus verdaderas intenciones.
Back to Where You've Never Been tendría que haberse emitido antes de las Navidades y demos gracias porque esperar durante esas semanas con esta tensión nos habría destrozado. No obstante, a pesar de su impresionante e inesperado cliffhanger, no comparto la emoción de este capítulo con muchos de los que ya lo han visto. Sin duda, los reencuentros y las revelaciones dejan un buen sabor de boca y dan, no sé si conscientemente, la sensación de que poco a poco se van aclarando las ideas y se van despejando antiguas dudas pero por otra parte, y aunque el retorno de este villano tiene pleno sentido en este momento de la historia, no me agrada del todo cómo podría acabar esto en un hipotético final.
Promo S04E09. Enemy of My Enemy
Me ha gustado mucho el capítulo y desde luego los dos cliffhangers son enormes que me han dejado con muchísimas ganas de saber por donde irán los tiros ahora.
ResponderEliminarSaludicos.
LiPooh, cómo les gusta hacernos sufrir. ¡Saludos!
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