Nos vamos de boda, nuestro Sam Winchester se casa en una capilla de Las Vegas. ¿Con quién? ¿Os acordáis de un hombre que escribía libros que resultaban ser lo que los hermanos Winchester iban a vivir día a día? Pues una de las fans (y bastante repelente, todo hay que decirlo) que estaba enamoradísima de Sam ha conseguido tenerle. Becky (la fan que ya salió en algún episodio) no es ningún monstruo, ni demonio, ni leviatán, pero Dean está seguro de que algo malo pasa. Por supuesto, Sam se separa de su hermano para pasar más tiempo con su mujer, pero aun así, ambos se centran en un caso. Por un lado Sam y Becky investigan, mientras que Dean tiene que arreglárselas con un cazador que Bobby le manda, un cazador que parece más un amateur.
Resulta que hay varias personas que han muerto en situaciones accidentales tras haber recibido un grandioso golpe de suerte. Por ejemplo, uno de ellos muere tras haber ganado la lotería, otra casi muere (se salva gracias a la ayuda de Dean) a los pocos días de que su marido haya ascendido en contra de su voluntad, etc… Y para Dean hay una preocupación más, ¿Becky será la siguiente? Conseguir a Sam era su sueño, y él siempre había sentido repulsión hacia ella. No hay duda, se enfrentan ante un demonio. Pero hay algo que no cuadra, cuando alguien hace un trato con un demonio, tiene un plazo de 10 años antes de que se cobre su alma, pero todas las víctimas mueren a los días.
Cada cierto tiempo, Sam se libera del ‘hechizo’ de Becky, hasta que ella vuelve a hacer que beba una pócima. Ella piensa que éste demonio le da las pócimas gratis, y así es hasta que en cierto momento en la que ella necesita desesperadamente más elixir, él la ofrece 25 años por su alma a cambio de un elixir que durará eternamente. El demonio busca cabos sueltos en los contratos para cobrarse la vida de sus víctimas antes de tiempo, con la ayuda de un demonio novato. Becky mata a uno de los demonios, y cuando Dean va a matar al demonio principal, aparece Crowley diciendo que le dejen libre, ya que quiere hacerse cargo de él por no seguir sus órdenes. Crowley quiere que sus demonios se alejen de los Winchester ya que deben centrarse en los leviatanes, y cancela todos los contratos que dicho demonio tenía. Todo acaba bien, incluso para Sam que logra divorciarse de Becky.
Capítulo normalito con la vieja esencia de la serie: demonios. Todo adornado con un ligero toque humorístico añadido por parte de Becky y el actor DJ Qualls (Road Trip, Memphis Beat). No es de los mejores episodios de la temporada, ni de los peores, pero siempre se agradece que vuelva algún tema de los antiguos, en éste caso, los demonios de los cruces de caminos.
"pero siempre se agradece que vuelva algún tema de los antiguos" pues yo para que vuelvan a lo antiguo, me pongo un DVD... ay kripke vuelve y arregla este desastre
ResponderEliminarGracias Anónimo por tu observación, el caso es que si la serie se centra en los leviatanes, llega un momento en el que deja de interesar, y una buena forma de desconectar del mismo tema de siempre es volviendo a cosas que hace mucho que no se tocan. Yo no creo que esté siendo un desastre, yo creo que es algo bueno. Pero gracias por tu opinión.
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