Revenge, una nueva adicción

Cada año todas las cadenas nos traen una o dos series, como mínimo, con aires de culebrón pero que caen en los clichés de siempre (véase la parrilla de The CW casi al completo). Sin embargo, este año la ABC ha dado en el clavo con Revenge, que se las ha apañado para usar esos mismos recursos (infidelidades, chantajes y crímenes sin admitir son algunos de ellos) y ofrecernos uno de los productos más entretenidos de este año y que además esta teniendo una buenos datos de audiencias.

Revenge, creación de Mike Kelley (The O.C.) nos cuenta la historia de Amanda Clark (Emily VanCamp, Brothers & Sisters), aunque todos la conocen como Emily Thorne, una chica que vuelve a su antiguo barrio con la intención de vengarse de todos los que participaron en la detención y juicio de su padre, el cual era inocente (todavía no me ha quedado muy claro de qué delito), poniendo un especial interés en Victoria Grayson (Madeleine Stowe, The Last of the Mohicans), la amante de su padre y básicamente la reina de los Hamptons.

Aunque la serie se nos presenta con un episodio piloto que puede llegar a aburrir y que cuenta con un ritmo especialmente lento, hay que decir que ese ritmo está única en esta toma de contacto y que no por ello es un primer episodio de mala calidad, ya que nos presenta a las tramas y a los personajes a la perfección además de dejarnos con un misterio sin resolver, pues en los primeros minutos vemos la muerte de Daniel Grayson, hijo de Victoria.

En cada episodio, la protagonista se encarga de destruir la vida de una de esas personas y es ese toque de procedimental en torno a la venganza lo que la hace interesante, porque en mi opinión si fuese un proceso lento y en el que no se viesen progresos la serie podría aburrir pero viendo la velocidad con la que va la historia solo nos queda preguntarnos qué pasará una vez que haya quitado de en medio a casi todos los culpables.

Otra de las cosas que me gustan de la serie es que no estamos ante la típica protagonista buena e indefensa que necesita que vengan a rescatarla. Ese no es el caso con Amanda, que llega a darme escalofríos con esa sonrisa que pone al destruir la vida de una persona. En ocasiones no está mal tener una prota con mala leche.

En resumen, Revenge es más de lo que parecía en un principio y estoy seguro de que si le dáis una oportunidad os vais a llevar una agradable sorpresa.