Aunque estoy apunto de terminar la tercera temporada, no quería dejar pasar la oportunidad de contar mis andaduras con Six Feet Under, sobre cuya primera temporada escribí aquí hace unas semanas y sobre cuya segunda temporada trata este artículo. He aprendido a la fuerza a tener mucho cuidado a la hora de buscar imágenes que acompañen a estos artículos: me he enterado de qué sucede en la series finale sin querer y por decirlo de alguna manera la magia se ha desvanecido, al menos un poco; por esa misma razón, voy a tener mucho cuidado con el tema spoilers, para que ningún novato como yo se entere de cómo termina la serie sin quererlo. De todas formas, si no habés visto la segunda temporada no paséis de aquí.
La segunda temporada de la serie no me ha gustado tanto como esperaba. O mejor dicho, me ha gustado de manera distinta. Lo que plantea Six Feet Under y cómo trata a sus protagonistas es inusual: mientras que otras series explotan la faceta más bondadosa y heroica de sus personajes (y otras, al contrario, la peor), la serie de Alan Ball muestra una doble faceta para cada uno de sus Fisher, demostrando como en la vida real que nadie es perfecto y que cada ser humano es igualmente tan bueno como malvado por naturaleza. En la primera temporada esta cualidad no estaba tan definida y en la segunda queda completamente patente, sobre todo para dos personajes principales, que la serie no piensa dejar que amemos incondicionalmente a los Fisher sin antes conocer a sus demonios.
Ruth se ha convertido en mi personaje favorito: tras la aceptación de sus hijos en la primera temporada (aunque por el hecho de ser su madre, no porque los acepte per se) inicia un nuevo viaje hacia la autoaceptación aunque curiosamente inspirada por el hecho de ser una buena amiga para Robbie (Joel Brooks), no porque crea tener necesidad de ello. The Plan, título del tercer capítulo y de la organización de autoayuda a la que se une Ruth revela los demonios de esta mujer, que no son otros que los de una viuda que se postra inconscientemente ante los pisotones que le da la vida. Además, en esta temporada se tiene que enfrentar a su propia hermana Sarah (Patricia Clarkson), un espíritu libre al que guarda un gran resentimiento y queda atrapada en su propia relación con Nikolai, la cual no les lleva a ningún lado aunque afortunadamente lo acaban dejando. Toda su cháchara sobre los cimientos te provoca inconscientemente una sonrisa.
No obstante, si hay que destacar a dos personajes son Nate y Brenda, perfecto ejemplo de la demonización de esta segunda temporada. El Fisher, diagnosticado con AVM (malformación arteriovenosa) podría pasar como la víctima de esta relación pero son claros los indicios que demuestran que ninguno de los dos puede eximir su culpa. Mientras Nate se enfrenta a su propio destino e intenta ocultar su secreto, que poco a poco van descubriendo su familia (la última, Ruth), Brenda recorre un sendero de autodestrucción a través de relaciones sexuales con desconocidos, engañándose a sí misma sobre el porqué de sus acciones y culpando, más tarde, a su primero clienta y después amiga, la prostituta Melissa (Kellie Waymire), espectadora del recorrido de la chica. Es muy fácil odiarla después de todo lo que hace, pero el encanto de Brenda es precisamente ese: su imperfección como personaje, razón por la que no se la puede culpar de todo, como he dicho: el viaje de Nate a Seattle y su encuentro con Lisa (el personaje más odioso de la serie, sin dudarlo) demuestra que si Nate y Brenda no pueden estar juntos por sus infidelidades, tampoco pueden estar separados por sus semejanzas. No obstante, estas conductas tienen sus implicaciones y Lisa se queda embarazada de Nate cuando éste la visita, por lo que el Fisher decidirá quedarse con ella una vez descubre la verdad de Brenda.
David y Claire, en cambio, desarrollan dos caminos poco convencionales. Después de la desatada primera temporada del Fisher, en este segundo recorrido de la serie vemos a un personaje mucho más relajado y, por qué no, más aburrido. Hacia la mitad de la temporada regresa con Keith, esta vez sin las ataduras del armario en el que estaba encerrado, y sus tramas con el policía están mucho más enfocadas en su pareja de lo que me hubiera gustado, centrándose principalmente en cómo se enfrenta la pareja a la situación de la hermana de Keith, Karla (Nicki Micheaux), madre drogadicta, y a la abandonada hija de ésta, Taylor (Aysia Polk). Claire, por otro lado, apenas recorre un camino distinto al planteado en la primera temporada: después de una tormentosa ruptura con Gabe Dimas (Eric Balfour), encuentra por fin su camino tras conocer a su tia Sarah, que despierta su dormida creatividad, aunque la Fisher no conseguirá orientarse hasta que su madre y su consejero la apoyan para que ingrese en una academia de arte.
En definitiva, se trata de una temporada mucho más oscura que la primera aunque en ciertos aspectos mucho más interesante (el recorrido de Brenda es impactante, por ejemplo). Los Fisher, sobre todo al final de la temporada, son llevados al límite tanto en sus relaciones con los demás como con ellos mismos, y la season finale es un grandísimo cliffhanger que, ya veremos, se resuelve de una manera un tanto extraña la siguiente temporada.
La tercera temporada dentro de poco.
A mi esta segunda temporada me pareció bastante mejor que la primera. Es decir, en la primera asistimos al asentamiento de los personajes, pero en esta segunda vemos el cómo sobrellevan todo lo que el espectador pudo ver en la primera temporada.
ResponderEliminarCreo que sin duda Ruth es el personaje que mejor sale parado, junto con Brenda, de todas las tramas. Y muy a mi pesar Claire queda en un segundo plano algo inmerecido.
Aun así, una vez conocidos los personajes me pareció una forma magistral de poder seguir sus vidas y no sentirse defraudado. Pero bueno, es que con esta serie nunca pasa (o casi nunca)
Espero con ansia la review de la T3, que tengo curiosidad por leer una cosa :P
Claire queda un poco en segundo plano, es cierto, pero al menos en la tercera (sobre la que escribiré pronto ;) ) le dan mucho juego. En general tratan a todos los personajes estupendamente, incluso a secundarios que no lo merecen, eso es estupendo.
ResponderEliminarGracias por pasarte, un saludo!