Reflexionando sobre los fracasos del estreno de Love Bites, no puedo evitar pensar en las similitudes que existen en las comedias prototípicas destinadas tanto a mujeres (las que más) como a hombres (las que menos). Las protagonizadas por chicas normalmente se basan en un personaje protagonista de gran carisma, belleza y con mala suerte en el amor a la que le acompaña su mejor amiga, mucho más peculiar y que suele ser siempre la que lleva la batuta del humor, aunque cada dos por tres tienen sus roces y enfrentamientos. Hay cientos de ejemplos: Love Bites, Mad Love, Samantha Who y prácticamente cualquier sitcom romántica de los últimos dos años, aunque cada una tenga sus diferencias (a veces muy poco perceptibles). Es un hecho, lo siento.
La comedia masculina es mucho menos común debido a la escasez de público que tiene la comedia semiromántica al uso que suele imperar en la televisión, pero la que existe se caracteriza por el ya reconocidísimo término del bromance protagonista: una pareja de hombres muy unida, aunque no románticamente hablando. Este parece ser el único punto de partida de la comedia masculina en televisión y ejemplos no faltan: The Defenders, How I Met Your Mother, Scrubs y la más reciente adquisición Franklin & Bash.
Soy un pleno defensor de la comedia masculina a pesar de que normalmente se aferran a los mismos conceptos y situaciones (algo de lo que abusan también las romcoms femeninas) por el simple hecho de su escasez. Por eso, Franklin & Bash llega como agua de junio a un panorama de estrenos veraniegos lleno de dramas adolescentes y comedias femeninas. Y es que la TNT sigue apostando fuerte por las "series con personalidad" y en esta ocasión prueba suerte con lo que ha decidido denominar funny legal procedural (procedimental legal divertido). Como sabéis, soy fan del procedimental legal así que in my opinion solo por eso merece la pena echarle un vistazo.
Lamentablemente, lo de funny parece haberse quedado como un concepto vacío en la clasificación del producto, pues el piloto de Franklin & Bash no ha demostrado grandes dotes del humor del que tanto se enorgullecen. Jared Franklin (Breckin Meyer, experto actor de doblaje) y Peter Bash (Mark-Paul Gosselaar, Raising the Bar), demuestran que funcionan como pareja bromántica pero no consiguen en absoluto dominar una serie repleta de clichés y de los errores propios del formato. Basta compararla con The Defenders (con la que comparte tantas similitudes que asusta) para saber que aunque ésta nueva versión apuesta por un público más joven, su futuro parece ser exactamente el mismo.
No obstante, el concepto que engloba a esta apuesta de la TNT parece de primeras ser algo más amplio que el del procedimental al uso de la CBS. Para empezar, trata sobre dos abogados (Franklin y Bash) dueños de un nada convencional despacho que son contratados por el dueño de un gran bufete, Staton Infeld (interpretado por el grandísimo Malcolm McDowell), después de que los extravagantes abogados derrotaran a los de Infeld Daniels en un juicio. A partir de aquí, la serie intentará enfocarse en cómo dos abogados acostumbrados a no tener jefe se adaptan a una gran maquinaria legal mientras se enfrentan a sus propias relaciones románticas (en las que están presentes actrices como Claire Coffee o Garcelle Beauvais-Nilon, los respectivos intereses románticos de Bash y Franklin respectivamente). Acompañan a la pareja de abogados Dana Davis (Heroes) como la ex-convicta Carmen Phillips y Kumail Nanjiani (Michael & Michael Have Issues) como el agorafóbico y friki Pindar Singh, ambos aportando el punto más extravagante de la serie.
Pero ahí queda la cosa: el piloto no dice mucho de la serie ni ayuda a provocar interés en el espectador. Aunque el ritmo es rápido y los gags son acertados, Franklin & Bash no consigue diferenciarse de las mil y una dramedias que han abordado el género, y sin duda el casting podría haber sido mejor escogido. Como ya he dicho, el fan del procedimental legal debe echarle un vistazo, pero que nadie espere un producto revelación porque Franklin & Bash, al fin y al cabo es más de lo mismo.
Pero ahí queda la cosa: el piloto no dice mucho de la serie ni ayuda a provocar interés en el espectador. Aunque el ritmo es rápido y los gags son acertados, Franklin & Bash no consigue diferenciarse de las mil y una dramedias que han abordado el género, y sin duda el casting podría haber sido mejor escogido. Como ya he dicho, el fan del procedimental legal debe echarle un vistazo, pero que nadie espere un producto revelación porque Franklin & Bash, al fin y al cabo es más de lo mismo.
Seguro que no llega al nivel de Boston Legal, pero el primer capítulo tuvo su gracia, veré el segundo a ver si me convence.
ResponderEliminarTambién veré el segundo, pero no creo que vaya a dar mucho más de sí. Cuando el primero no te llama la atención es muy difícil que te enganche en algún momento. Un saludo, satrian!
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