Tras dos capítulos que se nos han hecho muy cortos, en esta tercera entrega se nos permite conocer un poco más a uno de los personajes de los que poco hemos visto pero mucho hemos oído: Heather, la quema-gente.
Roman está coladito por sus huesos pese a las advertencias de Ben, y está de los nervios ahora que ha decidido pedirle una cita. Ésta, por su parte, ha decidido ayudar a Ben a encontrar a la chica adecuada para él, pero él se niega, y Heather le engaña diciéndole que ha concertado una cita con Tony Hawk.
Cuando Ben va a su cena con Tony Hawk, éste resulta ser la hermana de Heather, Stephanie (Sabrina, The Teenage Witch). En el trascurso de la noche, parece que ambos conectan a la perfección, les gustan las mismas cosas... Hasta que Ben se da cuenta de que ella simplemente repite lo que él dice que le gusta o no, y la locura es cosa de familia.
Pese a lo ocurrido, Ben accede a una cita doble con Heather y Roman para ayudarle a que tenga una cita con la secretaria quema-gente. Mientras está aguantando como puede la noche, y en un intento de escapar, Alonzo le cuenta que el hombre que prendió fuego Heather fue al ex-novio de su hermana, y que es muy, muy protectora con su ella. Temeroso de cómo podría acabar después de dejar a Stephanie, decide que tiene que ser ella quien le deje. Tras varios intentos fallidos, Ben acaba explotando y dejando a Stephanie, pero, pese a lo que nuestro Chaendler2 esperaba, Heather reacciona de una forma muy madura y es Stephanie la que se enfada con Ben. Al ver la reacción de su hermana, Heather la regaña dejando tanto a Roman como a su jefe en buen lugar (y si quemar a nadie).
Por otro lado, Crystal pide a Alonzo para que presente a un concurso a su perro de competición Riverdale Admiral Horatio Nelson Tickle Fight para que gane el premio. Pese a la humildad inicial de Alonzo, al ver la reacción del público al verle, la vena de ex-deportista profesional le hace crecerse y acaba obsesionado con el concurso (y vestido de almirante), matando al pobre perro al pelearse con Crystal.
Sigo pensando en que es la serie perfecta para ver en un ratejo. Corta, directa, y fácil de ver. Con grandes puntos en el guión que te hacen reír hasta la saciedad. Y nos ha hecho recordar a la pobre pringada de Valerie, la amiga de Sabrina, que hacía siglos que no veíamos.
Este capítulo no me ha gustado demasiado. Ha sido un poco flojucho. A ver qué tal el de esta semana!!
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