Después de un espectacular y caótico cuarto episodio, que no pude compartir con vosotros al estar de vacaciones (muy merecidas), Skins nos trae su nueva aportación a una saga, cuya quinta temporada se me está haciendo demasiado corta incluso cuando estamos hablando de una serie británica. Nick tampoco me ha parecido un gran episodio, pero al menos ha tenido todo el sentido que se podría esperar cuando todas las cartas están sobre la mesa. Ya tenemos un trasfondo, el drama que subyace a toda la serie; y aunque no me agrade especialmente, hay que reconocer que han sabido darle un sentido, una continuación y, espero, un final no dentro de mucho.
Como sabemos, Nick es el novio de Mini. Es el chico más popular de su instituto (la popularidad, una cuestión que a priori no alberga lugar en el universo Skins), pero los acontecimientos de los últimos capítulos han cambiado totalmente su vida: sus problemas de cama con su novia, su infidelidad con la mejor amiga de ésta y la reaparición de su hermano Matty han trastocado su normalidad de una forma que el chico no sabe encajar. Por si fuera poco, estos problemas tampoco han podido encajar en el único medio en el que se desenvuelve con éxito, el rugby, y su liderazgo en el equipo cae en picado cuando se enfrenta a Rider, su mejor amigo. El chaval no ha sabido contenerse al meterse con esas tres personitas que han provocado un terremoto en su vida: Mini, Liv y Matty... y Nick, como es obvio, tampoco se va quedar callado. Porque así es como le han enseñado a ser.
Lo fácil y lo recurrente en esta temporada (pasó lo mismo con Mini) sería culpar de estos desequilibrios a la familia. El padre de Matty y Nick, que parece que se dedica en su día a día a motivar a la gente, ha enseñado a Nick una forma de ver la vida desde la posición del liderazgo, del control y del poder. El retorno de Matty, que su padre ha permitido a cambio del cumplimiento de unas normas (momento The Police, enorme), tampoco ha ayudado mucho: de repente, Nick se da cuenta de lo fácil que es para su hermano ver las cosas de una manera tan simple y por si fuera poco le enseña que su padre, al que tanto venera, no es más que un personaje vacío e inútil en sus vidas, que jamás se ha molestado en interesarse por sus hijos.
Así, y con todo, tenemos a un chaval que en la víspera del gran partido de rugby de la temporada se encuentra en un terremoto de circunstancias, sentimientos y drogas ilegales. No puede parar de pensar en Liv aunque esta le haya dejado claro que no quiere nada más con él y su novia, Mini, se da cuenta de todo y llama a Rider para ponerle celoso, por lo que Nick le da una paliza. Entre litros de alcohol, poco a poco va destrozando sus relaciones con los demás y ni siquiera encuentra consuelo en una protituta cocainómana que busca un joven con el que desahogarse. Por suerte aparece Franky para ofrecerle su consuelo, aunque ya me pica la curiosidad el hecho de que sea el hombro en el que estén llorando todos los personajes hasta el momento.
Por esa razón, tras una noche de locura, Nick decide retomar su vida: abandona el equipo de rugby (al que entrena un extraño personaje sudafricano, totalmente Skins) y manda a la mierda a su padre, que le ha enseñado de una forma errónea cómo ver la vida. El rumbo que tomará aún no lo sabemos, esperemos que sea más interesante que el que hemos visto hasta ahora.
A favor:
- El puntazo The Police.
- ¿No se parece sospechosamente la casa de Matty y Nick a la de Tony y Effy?
- Franky como hada madrina.
- La trama ha estado muy bien llevada.
En contra:
- Sigo sin pillarle el punto a muchos personajes de esta generación.
- Demasiado previsible, excepto ciertas cosas.
Música:
Take That - Pretty Things
Nedry - Squid Cat Battle
RMS - Cold feat. Soho
Crystal Castles - Doe Deer
The National - Sorrow
Salem - Asia
White Ring - Roses
Melissa Auf Der Maur - This Would Be Paradise
Promo: S05E06. Alo (& Matty)
Solo con el Opening de esta serie ya me parece estar hasta arriba de coca y empastilladisimo. xD
ResponderEliminarpero de momento veo la serie bastante paradita