Hace ya bastante tiempo que no comentaba un capítulo de The Defenders, más por pereza que por otra cosa. La serie, que apuntaba muy alto en sus comienzos, acabó decayendo al cabo de pocos capítulos y aunque tiene grandes bazas, es obvio que no ha sabido jugar bien sus cartas. Le quedan dos capítulos y seguramente no vea una segunda temporada, y aún programada el mismo día que Blue Bloods y CSI:NY, su audiencia no consigue aumentar lo más mínimo. Aunque tampoco hay que engañarse con las audiencias de los viernes, todo hay que decirlo.
No obstante, también hay que reconocer que ha habido grandes cambios en los últimos capítulos que, en mi opinión, han mejorado y mucho la historia. En primer lugar, han decidido relajar el formato procedimental para encadenar unos casos con otros; han incorporado al reparto a otros personajes como el ADA Ward (David Ramsey, Anton en Dexter) o a Tony (Kuno Becker), un investigador al que han incorporado en la trama por el éxito de Kalinda en The Good Wife (a la que se parece solo en la profesión); además, en el último capítulo, por fin hemos visto una faceta no tan amigable de los abogados Morelli y Kazmarek, así como una más interesante de Lisa, su empleada.
En el capítulo anterior, mientras Nick y Pete defendían al Juez Max Hunter (Dan Aykroyd), Lisa comenzaba a trabajar en el caso de Sonya, una chica alérgica a los lácteos que quería demandar a un restaurante por haber cometido una negligencia que casi le cuesta la vida. Lisa se reunió con los abogados de la cadena de restaurantes y recibió sorprendida una oferta de indemnización superior a la esperada. Lo que no sabía es que lo que le había pasado a Sonya era mucho mayor de lo que su cliente sabía.
Por esa razón, en Noland vs Galloway Pharmaceuticals continúa el caso, y Lisa ve como poco a poco sus jefes le van arrebatando su trabajo de las manos cuando éstos se enteran de que los EMT le habían inyectado una sobredosis de epinefrina a Sonya que paró su corazón por un minuto. No obstante, los abogados deciden que la culpa no es de los sanitarios, sino de la farmacéutica por envasar y etiquetar incorrectamente dos botes de epinefrina de distinta dosificación, lo que provoca que los sanitarios, por accidente, escojan el bote erróneo. Además, Tony encuentra a otra víctima del incorrecto etiquetado, y nuestros abogados deciden defender primero a esta víctima porque ha salido más perjudicada que Sonya, lo cual permitirá asentar un precedente para futuras defensas. Sonya, cliente de Lisa, decide buscar otros abogados y acusar a los EMT, lo que daña a la defensa y hace que Lisa y Nick discutan bruscamente. Por fin se ve la otra cara del buen rollito de la oficina de abogados.
Como siempre, nuestros abogados ganan su juicio gracias a las palabras de Nick y a algún truco de profesional de los juzgados. Lisa, a la que su nuevo rollete le había ofrecido trabajar en la oficina del Fiscal, arregla las cosas con Nick y rechaza la oferta de Ward. Por lo menos, Zoey se entera con quién está saliendo su amiga.
A favor:
- Ver cómo Morelli y Kazmarek meten bastante la pata.
- La discusión entre Lisa y Nick.
- La cotilla de Zoey.
En contra:
- Aunque lo estén intentando, tal vez ya sea demasiado tarde para intentar mejorar.
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