¿Por qué digo esto? Pues porque estos días las nuevas series están pasando la dura prueba de la audiencia, y el público ha de ser paciente hasta que estas nos muestren su verdadera identidad, para luego identificarse con ella. Lo mismo pasa con Raising Hope: en el capítulo de esta semana hemos visto un mayor protagonismo de los padres de Jimmy Chance (Burt y Virginia), y tal vez, en mi opinión, un sentido del humor menos sutil que en anteriores ocasiones. Las diferencias con los anteriores capítulos son escasas, pero, ¿quién sabe? Igual esta es de esas ocasiones en las que un producto da la cara desde el principio (toquemos madera, pero flojito). Y, noticias de última hora, ha sido renovada para la temporada completa, luego no estamos tan equivocados como podéis pensar.
Y también, ya que estamos, lo decía por la poca paciencia de la FOX y de la ABC con sus nuevas series. Que Lone Star y My Generation se hayan hundido no ha sido por causa ni del público ni del producto, sino de la productora. ¿Quién sabe si hubieran cosechado éxitos, premios y audiencias?
Dream Hoarders es un episodio completamente hilarante. Comienza en el salón de la casa de los Chance, donde Maw Maw, a pesar de su alzheimer, está deconstruyendo una de esas estructuras a las que si le quitas una pieza se desmorona (el clásico Jenga). Burt, el padre, presente en la habitación, está completamente alucinado. Cuando Virginia, la madre, entra en escena, volviendo del trabajo (con una lámpara para su colección, ya veréis) su marido le cuenta que la canción Istanbul (Not Costantinopla) hace que Maw Maw haga esa proeza. Virginia no se sorprende, ya que American the Beautiful hace que cague más rápido.
Cuando Jimmy llega, les cuenta a sus padres que ha enseñado a Princess Beyoncé un truco para gatear: con terrones de azúcar. Virginia se lamenta, porque ya bastante trabajo tienen con un niño quieto, y que espera que no sea como él de bebé. Entonces Jimmy recuerda lo peligrosa que era su casa de niño (cables, pintura...) y se asusta de que a su niña le pase algo, así que decide convertir la casa en un lugar seguro para ella. Se lo cuenta a Virginia y le regaña por empezar a convertirse en un "friki de la seguridad", y que incluso unos días antes iba a ir al baño en una casa en la que limpiaba, y al tener el retrete un seguro, tuvo que mear en el lavabo.
Jimmy va al supermercado donde trabaja Sabrina para comprar cosas para la seguridad del bebé, aunque tiene una tienda de materiales más cerca, pero sigue obsesionado con la chica aunque tenga novio. Allí, se encuentra a Sabrina concentrada en escribir. Es un relato breve, The Elephant in the Room, que está escribiendo para su clase de escritura creativa. Dice que se lo pasa bien escribiendo, y le pregunta a Jimmy otra palabra para "ostentoso", a lo que Jimmy responde, directamente, con subnormalidades, porque ni siquiera conoce la palabra.
Mientras tanto, en casa, cuando Burt estaba mirando la Lotería y Virginia le estaba cantando la canción de cagar a Maw Maw, Princess Beyoncé se escapa. Cuando se dan cuenta, la encuentran nada más y nada menos que en el cobertizo de Virginia, tan al fondo que no la podían sacar. Los abuelos se ponen de los nervios: Virginia le dice a Burt que piense, y al decirle "pensar" no puede parar de pensar en otro cosa; por otro lado, Burt le tiene que acariciar la nariz a su mujer para que se le ocurra una idea, como si fuera Vicky el Vikingo.
Obviamente llaman a Maw Maw y le ponen Istambul, y ella lo soluciona rápidamente. Al acabar, ya con la niña fuera, Maw Maw le cambia los pantalones a Burt a cambio del favor que les ha hecho.
Al día siguiente, Jimmy les echa la bronca a sus padres acusándoles de comportarse como locos, una con la manía de guardarlo todo y el otro con su lotería para el barco (Cirrhosis of the River). A su vez, Virginia le acusa de perder el tiempo con una chica que tenía novio. Por eso, decidieron olvidarse de todas estas tonterías para centrarse en Princess Beyoncé
Días después, todos están fastidiados con su nueva situación, y en la cena, Virginia se queda sin sus galletas preferidas para el postre. Jimmy se ofrece a ir a comprarlas, pero eso significaría hablar con Sabrina y, de hacerlo, sus padres volverían a ser como siempre. Por eso, su madre le escribe "dork" (gilipollas) en la cara, a modo de seguro.
En el supermercado, Jimmy evita a Sabrina, pero por casualidades de la vida acaba siendo atendido por ella. La chica le dice que ha dejado las clases de escritura porque su padre decía que lo que escribía era una mierda. Aquí Jimmy suelta la moraleja del capítulo: "si no juegas, no ganas", porque cuando se crece con un par de soñadores como sus padres, no se puede no ser un soñador; se pone muy positivo y le contagia el entusiasmo a Sabrina. Por eso, cuando vuelve a casa, le lleva un boleto de lotería a Burt y Virginia puede coger la silla con forma de zapato de tacón que tanto le gustaba para el armario de su mansión.
Al final del capítulo Burt le dice a Jimmy que no pierda la esperanza, ya que el novio de Sabrina podría morir en cualquier momento. El chico va a verla y le lleva un tesauro (para ignorantes, diccionario de antónimos y sinónimos), y para que siga trabajando en su sueño. Y así acaba, con el chaval marchándose tan feliz.
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