Llega Halloween, momento para disfrazarse, asustar a la gente y comer caramelos. Clarie y Phil adoran la festividad, y todos los años decoran su casa y montan un espectáculo para asustar a los niños pedigüeños. La mujer no dejará que nada salga mal, e incluso no tiene reparos en hacer que Phil le pida a su vecino recién divorciado que haga de Espantapájaros para ellos. Al hablar con él, Phil entra en pánico sobre la estabilidad de su matrimonio con Claire. Temeroso de que algún día le deje y pida el divorcio, comienza a actuar de una forma muy cariñosa con ella... tal vez, demasiado cariñosa. Obviamente, a Claire le molesta un poco tener un marido koala en esos momentos, sobre todo cuando tiene que lidiar con Haley para que se ponga un disfraz con el que no parezca una putilla.
A Cam no le gusta Halloween (no me lo creo), ya que tuvo una cruel experiencia en la infancia que le arruinó para siempre la celebración, pero de la que no quiere hablar (ahora sí me lo creo). Mitchell, en cambio, está muy contento después de enterarse de que sus nuevos compañeros de trabajo del bufete se disfrazarán, así que él decide vestirse de Spiderman para no ser el único que no participe en la cultura organizativa. Sin embargo, cuando llega al trabajo, se da cuenta de que nadie está disfrazado salvo dos idiotas (los dos que le dijeron lo de disfrazarse). Se pone un traje ejecutivo encima pero el plástico y los músculos falsos del disfraz son demasiado obvios, y cuando tiene un momento para cambiarse en el baño, se le cae el traje al váter. Llama a Cam desesperado, quien no puede ayudarle. Cuando va corriendo al coche a por otro traje (¿pero cuántos tiene?), se da cuenta de que no tiene las llaves, y accidentalmente dispara las alarmas de todos los coches llamando la atención de todos los empleados del bufete.
Jay y Gloria acaban discutiendo porque Jay y Manny siempre la están corrigiendo su acento. La verdad es que es tronchante. Sobre todo cuando ha pedido "baby cheeses" (quesitos) y le han traído "baby Jesus" (figuritas de Jesús). Sacridelicioso, que diría Homer. Gloria, obviamente, se ofende, pero no es de extrañar la confusión. Le pide a Jay que sea honesto con ella sobre lo difícil que es entenderla, y cuando se lo dice (por ejemplo, le dice que él se va a disfrazar de "gárgola", no de "gárgara"), ella se enfada y se pasa el día hablando con un acento de alta sociedad.
Después de un par de visitas de niños, que son un desastre, Claire se enfada y se marcha. Phil la sigue y le dice que si ha estado así es porque no quería perderla, lo que la anima porque ella jamás le dejará. Cuando vuelven, ven que la familia se ha puesto firme y que el espectáculo comienza a funcionar.
El episodio termina con toda la familia criticando en broma el acento de Gloria y sus frases más famosas. Ella tiene sentido del humor, pero poca paciencia. Un grito, y todos fuera.
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