Además, otro punto positivo es que han vuelto a utilizar temas que ya usaron hace temporadas, como el de la construcción de un edificio para el GNB. El punto negativo, el que sea un español el que comente esto, y que una vez más se lleve las manos a la cara por una atrocidad acometida contra la cultura española. Esta vez, al menos, no es tan grave: Antoni Gaudí no murió atropellado por un autobús, sino por un tranvía. Ya decía que no era para tanto (peor es la visión de España de Undercovers), pero un poco más de documentación no habría estado mal.
Otros puntos a destacar del capítulo: los constantes flashbacks y cambios de ritmo, así como la carencia de buenos gags que llamen la atención.
El episodio comienza con Ted dando una clase y contándonos que siendo profesor, siempre ha tenido e objetivo de dar una clase que le cambiara la vida a alguien. Hablando sobre Gaudí, que nunca acabó la Sagrada Familia, saca un avioncito de juguete del bolsillo y para la trama: necesita volver atrás tres días.
Supongo que recordaréis el proyecto de construir un edificio para el GNB que Ted al final no consiguió que se llevara a cabo. Pues bien, el GNB quiere construirlo al final y Barney le ofrece el trabajo. Ted lo rechaza, ya que está contento siendo profesor. Para conseguir que Ted acceda, Barney emplea sus técnicas de seducción que normalmente utiliza con las mujeres, porque "Barney Stintson sieeeeempre consigue un sí". Estas son, a saber:
1. Contacto visual.
2. Ignorar.
3. Piropo con doble sentido.
4. Jactarse de sí mismo como si fuera una queja.
5. Contacto visual intenso.
6. Intimidad a través del contacto físico.
Ted ignora todos estos pasos y al día siguiente va al despacho de Barney para decirle que deje de intentarlo. Barney le dice que ya lo sabía, que el GNB ya había encontrado otro arquitecto. Ted no se lo cree y se lo cuenta a Marshall, que le dice que es cierto lo del nuevo arquitecto. Aunque Ted no quería la nueva oferta, el que le hayan reemplazado le fastidia y va inmediatamente a Barney para ofrecerse al puesto por la mitad de precio. Cuando están a punto de llegar a un acuerdo a Marshall se le escapa que era otra de las tretas de Barney para conseguir un sí, porque "Barney Stintson sieeeeeempre consigue un sí". Al ver que le han mentido Ted se marcha, pero, volviendo al punto inicial de la historia, al coger el avioncito de juguete (obsequio de Barney), llega a la conclusión de que esta es su oportunidad de terminar lo que había empezado. No obstante acepta el trabajo con una condición: que Barney le invite a cenar, cosa que no hace con sus ligues.
Robin la desafía a hacer lo mismo: coge un teléfono de la agenda de Lily y le dice que lo borre, pero se niega porque es del Dojo al que fue hace años y que tal vez podría volver (la primera vez que fue un niño la pegó una paliza). Cuando llega Marshall ocurre lo mismo, no podría borrar el número de un club donde tocó con su banda punk de abogados. Al final Robin lo borra pero, como recuerda el número, le vuelve a llamar (y Lily vuelve a oler la caca). Un día, Robin se olvida del número, así como se olvida de Don.
El capítulo termina con Lily volviendo al Dojo, donde se encuentra con el niño que la apalizó en los tiempos del "What's uuuuuuuuuuuuuuup" y que ahora es un adolescente. Lily busca venganza, pero no sabemos si la consiguió.
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