The Good Wife coge carrerilla. De repente, nos vemos inundados en un montón de asuntos políticos que no aburren en absoluto al espectador. La competencia en una carrera electoral, el trato especial que reciben las personas importantes, los juegos políticos para evitar caer antes de tiempo, la confianza en el cliente, la caída del idealismo... todo ésto contado en un capítulo contrarreloj, como una buena película de acción.El episodio continúa justo donde acabó el anterior: en la Cena del Colegio de Abogados del Condado. Courtney se acerca a Alicia para decirla que debe volver al despacho, ya que tiene una visita muy extraña. La visita se llama Lara White, una mujer joven, masajista, que acude a la firma en busca de representación legal tras haber sido violada. La policía se ha negado a procesar el caso, su historia tiene algunas inconsistencias y está demasiado tranquila para haber sido violada, aunque diga que ella es así. El problema está en que el hombre que la violó, según ella, es Joe Kent, premio Nobel por la lucha de los derechos de las mujeres africanas. Le pidió un masaje "especial" y al negarse la violó. Por si fuera poco, el mismísimo Cary Agos ha mandado a Lara a la firma, una vez fuera rechazado el caso en la Fiscalía, lo que hace desconfiar a Alicia.
Derrick, Diane y Will se ven en una encrucijada. ¿Toman el caso y defienden a Lara, o lo rechazan? Si cogen el caso y Lara White está mintiendo solo para hacer su agosto, saldrán escaldados. Si dice la verdad, serán dioses. Por esa razón, Derrick envía a Kalinda a investigar a Kent y Diane envía a Blake a investigar a Lara. ¿Por qué? Porque en un principio Diane no cree que Lara esté diciendo la verdad, y las dudas de los socios serán constantes durante todo el capítulo.Lara tiene otra reunión apenas unas horas después con otro despacho de abogados que está interesado en su caso, por lo que Lockart, Gardner & Bond tienen que decidirse cuanto antes. Bajo presión, todos comienzan a flaquear con sus propias dudas, y el propio Will acaba a puñetazo limpio con el abogado de Joe Kent, Wilk Hobson (Frederick Weller).
Mientras, en la cena, Peter y Eli intentan por todos los medios minimizar el daño que les ha hecho la presentación de Wendy Scott-Carr a la candidatura de Fiscal, y cuanto antes. Tammy (Elizabeth Reaser), que comparte mesa con Peter, se pone a hablar con él, y le cuenta que Will está enamorado de otra mujer, no de ella.
Eli tantea el terreno y ve como muchos avales empiezan a peligrar, por lo que concierta una pequeña reunión entre Wendy y su jefe, Peter. Éste le ofrece trabajar con él en su campaña, pero ella se niega, y ambos contrincantes se desean una buena competición. Peter se pone a cotillear el móvil de Alicia, que se lo dejó en la cena, y casi descubre el mensaje de Will.Poco después, Hobson, el abogado de Kent, acude a Eli para ofrecerle el aval de Kent. La única condición es que el despacho de abogados de Peter de deshaga de un caso que a Kent no le agrada mucho. Como podéis imaginar el despacho es el de Alicia, y el caso es el de Lara White. Peter prefiere hablar con Hobson antes de tomar una decisión, y por eso, cuando le conoce, decide no aceptar el aval, ya que si Kent resulta culpable, su campaña se verá manchada. Aún después de rechazarlo, Eli le anuncia que han sido avalados por Kent y Peter lo ve todo claro: Kent se está ligando a él, y es un juego muy peligroso.
Casi a punto de cumplirse el plazo, Kalinda descubre que Lara estaba diciendo la verdad. El bufete está a punto de aceptar el caso, pero la mujer de Kent llama a Diane para pedirle que lo deje, no por su marido ni por ella, sino por las mujeres africanas. Diane se ve claramente asqueada (a la vez que emocionada) ante esta hipocresía y, al colgar, toma la decisión de coger el caso. Demasiado tarde, porque Lara ha visto lo dura que ha sido la noche y no quiere ser perseguida por los periodistas ni investigadores durante el proceso del juicio, ya que tiene mucho que ocultar. Por eso se marcha y el bufete pierde su oportunidad.





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