Ha tardado 22 meses, pero la segunda temporada de Upload ha llegado a Prime Video. La que fuera una de las series más queridas de la cuarentena nos ha querido hacer sufrir, pero ya la tenemos de vuelta. Eso sí, con solo 7 episodios (3 menos que la primera tanda) que nos saben a poco. Como cuando vas a un restaurante caro con comida muy rica pero raciones ridículas.
No nos malinterpretéis, la serie sigue igual de fresca y graciosa; y nos la hemos devorado entera en una tarde de lluvia, pero parece que hayan recibido orden de cerrar el chiringuito antes de terminar de montarlo. Fruto de esa prisa, te tragarás todos los episodios sin casi darte cuenta. Porque la acción no para, para lo bueno y para lo malo. No sientes que nada esté de más, pero también queman tramas con potencial: la de los bebés, la venta de sueños o la aventura de Robin Hood en menos de 15 minutos. Y nos obligan a ir con prisa detrás de unos personajes que corren mucho más que nosotros.
La temporada pasada terminaba con Nathan (Robbie Amell) sin cobertura en los 2GB y con Ingrid (Allegra Edwards) anunciándole que había decidido acabar con su vida y cargarse en Lakeview para estar con él. Debemos reconocerle el compromiso. Más o menos. Y como espectadores debemos agradecerle que lleve sobre sus hombros el peso cómico de la temporada. Con mención especial para el dúo formado por Luke (Kevin Bigley) y Aleesha (Zainab Johnson), que nunca defraudan con su peculiar relación.
Por su parte, Nora (Andy Allo) debe buscar refugio con su padre en una nueva comunidad después de que intentaran matarla en Nueva York por ayudar a Nathan. Una comunidad anarquista que reniega de toda tecnología y que ve en la posibilidad de "upload" una abominación. Una oportunidad más de que los ricos sigan exprimiendo a los pobres desde el más allá. Todo parece indicar que Freeyond puede ser la alternativa, pero también deberemos ver que no es oro todo lo que reluce en las non profit.
La serie ha sabido buscar soluciones bastante creativas a algunos cambios inevitables. La abuela Mildred ha sufrido un recast y Dylan ha pegado el estirón, pero lo justifican con dos tipos de actualizaciones distintas que solucionan el problema sin mayor importancia. Dylan está a un par de años de tener pelo en el pecho. Veremos si lo consigue. Eso sí, una pena que personajes como estos hayan sido borrados prácticamente del mapa.
Estos siete episodios han decidido eliminar por completo a los recurrentes. No hay tramas secundarias que nos permitan descansar de la trama principal. La familia de Nathan, sus amigos, la familia de Ingrid y un largo etcétera apenas consiguen unos minutos en pantalla. Medidas que han terminado reduciendo esta temporada a las 3 horas y media de contenido. Después de tanta espera y de la calidad de la serie, es normal que esto nos parezca solo un aperitivo.
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