La apuesta de Marvel por extender y empezar la fase 4 del MCU a través de Disney+ ha llevado a los superhéroes a capitalizar panorama seriéfilo de 2021. Hasta seis series/miniseries tienen previsto ver la luz durante este año. Desde que la fase de las series arrancase el pasado 15 de enero, ya hemos podido disfrutar de WandaVision, Falcon and the Winter Soldier y de Loki. ¿Están todas a la altura? ¿Cumplen las expectativas?
Para bien o para mal, según el punto de vista desde el que lo queramos mirar, WandaVision arrancó estableciendo un listón muy alto. Tan alto como sus 23 nominaciones a los Emmy. Su apuesta, la más arriesgada de todo el MCU (incluyendo todas las películas), generó un fenómeno online de teorías y debate que no veíamos desde Game of Thrones. Su homenaje a la historia de las sitcoms mientras a su vez dibujaba un relato descorazonador sobre el duelo y la pérdida convirtió a la primera de las series de Marvel en una joya de obligado visionado.
Además, la serie cumple a la perfección con su cometido dentro del MCU, pues consigue elevar a Scarlet Witch (Elizabeth Olsen) a lo más alto en cuanto a desarrollo y profundidad de personaje. El trabajo de la pequeña de las Olsen es absolutamente brillante, razón lógica por la que está en todas las apuestas para los premios. Pero no solo ella se come la pantalla. Paul Bettany está graciosísimo como Vision; Woo (Randall Park), Monica Rambeau (Teyonah Parris) y Darcy (Kat Dennings) forman un trío cómico que roban escena tras escena y nos vuelan la cabeza por completo con una Katheryn Kahn en estado de gracia interpretando a la villana Agatha Harkness.
Ni siquiera las enormes expectativas de la gente y el empeño de las teorías por ver a Mephisto o al Doctor Strange consiguen ensombrecer una serie que ha sido de principio a fin una maravilla.
Unas líneas más arriba mencionábamos el listón tan alto que WandaVision había establecido para todo aquello que venía detrás. Quizá sea la razón principal por la que The Falcon and The Winter Soldier nos supo tan a poco. Una apuesta más tradicional, en la serie de las películas del Capitán América y cuyo ritmo ha sido de todo menos emocionante. Y eso que ha conseguido arañar 5 nominaciones a los Emmy (eso sí, más técnicos e incluso inverosímiles).
Con tan solo seis episodios para desarrollar una trama que involucraba a los dos mejores amigos de Steve Rogers (Chris Evans), que traía de vuelta a Sharon Carter (Emily VanCamp) y Zemo (Daniel Brühl) y que nos presentaba a John Walker (Wyatt Russell) y la difícil decisión de buscar un heredero del legado del escudo más famoso del planeta, es hasta demencial que consigan que la mitad del metraje parezca vacío de significado. Ni siquiera la química entre Falcon (Anthony Mackie) y Bucky (Sebastian Stan) consigue mantener la atención del espectador durante los casi 50 minutos semanales.
Por fortuna, la serie cuenta con el sello Marvel y tiene un par de momentos que consiguen camuflar los fallos de la serie. La evolución de John Walker hasta convertirse en US Agent de la mano de Val (Julia Louis-Dreyfus) es lo mejor de la serie; y el cameo de esta última, una renovada esperanza de un grupo de supervillanos. Villanos a los que probablemente se una Sharon Carter después de haber sido la más damnificada de las aventuras de los Avengers.
Está más que claro que Falcon and The Winter Soldier ha pagado el pato de la pandemia y de emitirse después de WandaVision. En teoría, y si no hubiese sido por la COVID-19, tendría que haber sido la primera serie en estrenarse, y sin ninguna duda nos hubiese generado un impacto diferente de no haber tenido nada con la que compararla.
La tercera serie del MCU estrenada hasta la fecha es Loki, una serie que nos devolvía al personaje de Tom Hiddleston después de que muriese en Infinity War. La única aventura de la fase 4 que va a ser una serie de momento (tiene segunda temporada confirmada) y cuyo balance general es positivo. No llega a los niveles de la serie de Bruja Escarlata pero consigue sorprendernos lo suficiente con un universo nuevo que explorar y permite volver a jugar con las teorías (algo que con Falcon no pudimos hacer).
El mayor hándicap de Loki proviene del propio hype que se creó en torno a la serie desde el minuto uno. La campaña de promoción también se encargó de vendernos una historia que al final ha distado mucho de lo que se esperaba. Nada de viajes en el tiempo y nada de lógica argumental.
Una vez terminas de ver la serie, te deja con la sensación de haber visto seis sketches diferentes que con poca o nula relación entre sí. Episodios que terminan en cliffhanger obligatorio para dejarnos queriendo más aunque sigamos sin entender el propósito de la serie. Quizá solo necesitaban un catalizador para enlazar todo esto con la película de Doctor Strange in the Multiverse of Madness pero eso no justifica ese soporífero final.
Al menos ya han convertido en canon su bisexualidad, aunque su interés amoroso sea la versión femenina de sí mismo, no vayamos a mostrar en pantalla lo que simplemente hemos enunciado en una conversación de bar. Quede claro que aquí queremos mucho a Sylvie, personaje al que adoramos gracias al gran trabajo que hace Sophia Di Martino.
Mención especial a la gran química y amistad que surgen entre Loki y Mobius (Owen Wilson). Friendship goals sin duda.
¿Coincidís con nosotros? ¿Cuál ha sido vuestra favorita?
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