La segunda parte y última de Selena: La serie ha llegado tan solo cinco meses después del estreno de la primera. Una tanda de episodios que cuenta con una gran ventaja sobre la anterior: la acción se desarrolla en la época más conocida de la cantante, el periodo de hits como Amor Prohibido y Bidi Bidi Bom Bom, por lo que puede ahorrarse el hate irracional de aquellos fans que no reconocían a Selena en una etapa de su vida en la que ni siquiera la conocían. Son precisamente los fans un arma de doble filo, porque la serie debe apoyarse en ellos pues la serie parece solo funcionar entre el público que conocía a la cantante y/o su historia. Me gustaría saber qué porcentaje de gente ha visto y disfrutado la serie sin conocer la historia previa.
Lo mejor de la serie siguen siendo el vestuario y sus números musicales. Si algo seguro tenía la serie era el poder de las canciones de Selena y Christian Serratos parece más segura con el playback de canciones más famosas que probablemente se sabía antes de empezar el rodaje. El rodaje del videoclip de Amor Prohibido o el enorme concierto en el Astrodome de Houston son dos de los momentos musicales de la temporada. También son los momentos en los que Christian consigue parecerse más a Selena, tanto físicamente como a la hora de imitar sus movimientos.
Pero si apartamos la nostalgia y el amor por las canciones, la serie sigue pecando de la misma simpleza de primera parte. Por alguna razón son incapaces de hilar de manera orgánica las tramas y se apoyan en cliffhangers muy suaves en forma de noticias de la discográfica. De hecho, el papel de José Behar de las discográfica de Selena se limita a anunciarnos sencillos, rodajes y actuaciones con la clara intención de dirigirnos por el relato ya que la necesidad de pasar por todos los hitos de la carrera de Selena frena el ritmo de la trama.
Uno de los puntos fuertes que tiene esta temporada es conocer a Yolanda Saldívar, la asesina de la joven cantante y condenada a cadena perpetua, la presidenta de su club de fans que pronto consigue convertirse en amiga y ayudante de la familia Quintanilla hasta tal punto que acaba haciéndose cargo también de la boutique de Selena. Esta "fan" empedernida estaba dispuesta a todo con tal de ayudar a su ídolo, pero hizo todo lo contrario. Aunque la serie no ahonda en el motivo de Yolanda para querer robar a Selena, por lo que leemos en Internet, se había ofrecido a ser la presidenta del club de fans después de que la familia de otro cantante la rechazara, por lo que enriquecerse parecía ser su único motivo.
La serie nos vende a una Yolanda obsesionada, con las paredes de su habitación cubiertas de caras de Selena como si de un especial de crímenes de Netflix se tratara. Por si su forma de actuar y sus caras constantes de psycho no fuesen suficiente, la música se encarga de que sepas en todo momento que es la villana de la serie, no vaya a ser que nos perdamos en el intrincado relato. El final de Selena llega como resultado de una mentira más de Yolanda y aunque la serie hace bien en no mostrar el disparo ni la angustia de la cantante mientras corría por el motel, sí que podrían haberse currado un poquito las reacciones al sonido del disparo y todo lo que viene después, más cercanos a los zoom a cámara lenta de las telenovelas que a las de una producción del gigante Netflix.
Tráiler: Selena: La Serie Parte 2
COMENTARIOS