Una crítica, por definición, nunca es objetiva, pero esta va a serlo menos todavía. Como ponferradina conozco esta historia desde que saltara a los medios en marzo de 2001, bueno, al menos la parte que me habían contado, me faltaba la versión de la protagonista, de Nevenka Fernández. Yo por aquel entonces tenía edad como para recordarlo a día de hoy, pero no la suficiente como para ser consciente de la amplitud y, sobre todo, de la importancia de lo que estaba sucediendo.
Para los que no conozcan el caso, el 26 de marzo de 2001 Nevenka Fernández, por aquel entonces concejala de Hacienda en el ayuntamiento de Ponferrada (León), presenta en rueda de prensa su dimisión e informa de que ha interpuesto una denuncia por acoso sexual contra el alcalde, Ismael Álvarez. Lo que ella no sabía, aunque seguramente sospechaba, es que el infierno estaba lejos de terminar.
Los meses que precedieron la rueda de prensa estuvieron llenos de rumores sobre las razones que la habían llevado a coger la baja y desaparecer de la ciudad, los que la sucedieron fueron un rosario de mentiras y descalificaciones que buscaban desgastar su imagen y, por qué no, desgastarla a ella -aun más- de cara al juicio. Juicio polémico (os dejo descubrir los detalles, enfadaros y gritarle a la tele) que ganó y que supuso la primera condena a un político por acoso sexual en España. Y, a pesar de que la justicia la respaldara, tuvo que huir de España para esquivar al miedo y poder empezar una vida en un lugar en el que nadie supiera quién era, en el que su nombre, que injustamente bautizó el caso a pesar de ser la víctima y no el verdugo, fuera una losa.
Qué injusto. Qué injusto que la víctima lo fuera doblemente. España no estaba preparada para que una mujer joven alzara la voz, que decidiera poner fin a una situación de acoso y lo hiciera públicamente. Que atacara a quien se creía invencible y lo derrotara donde tenía que hacerlo, en los tribunales, y no en la plaza pública con sucios rumores.
A cambio obtuvo críticas e insultos. Quienes fueran sus compañeros apoyaron en bloque al alcalde, le dieron la espalda a ella incluso sabiendo, en algunos casos, todo lo que había pasado. Una parte del pueblo salió a la calle para dar su apoyo a un hombre ya condenado, culpando a la víctima de la dimisión del que decían, gritaban incluso, había sido el mejor alcalde que había conocido la ciudad. Una situación que prefiero creer que sería impensable hoy en día.
Con esta docuserie de tres episodios, dirigida por Maribel Sánchez Maroto y producida por Newtral, se busca devolverle el lugar que una sociedad machista y poco sensible y educada en temas de género le robó hace veinte años. Esta sentencia facilitó el camino a las víctimas que decidieron seguir su ejemplo, su lucha es hoy en día la de todas. Se atrevió a alzar la voz en un mundo en el que se silenciaba sistemáticamente a las mujeres y, sin saberlo, fue una pionera de un movimiento que hoy en día es imparable, el #MeToo.
Algo muy importante que nos ofrece esta docuserie es la oportunidad de escuchar por primera vez la historia de boca de la protagonista, una mujer que todavía se emociona al releer la carta que leyó ante los medios el día de su dimisión. Creo que es conveniente aclarar, dados los comentarios que se han generado al respecto, que no ha cobrado por participar en el documental. Qué triste que, sin haberlo visto, muchos ya busquen echarlo por tierra. Bueno, muchos no, algunos, unos pocos, cuya voz no suena tan fuerte como lo hacía años atrás. Nevenka ha decidido hablar ahora que el mundo es un poco menos hostil hacia quienes denuncian casos de acoso, ahora que el silencio se ha roto para siempre y en el que la lucha de las mujeres está más presente que nunca.
No sé si quienes le tiraban piedras han cambiado de opinión a lo largo de estos años, o si abrirán la puerta a la reflexión tras ver el documental. Lo que si sé es que muchos y muchas, sobre todo entre los más jóvenes, descubrirán ahora la historia y quizás la vean como una heroína y no como una villana. En lo que a mí respecta, no puedo más que darle las gracias por su valentía.
Nevenka, el 5 de marzo en Netflix.
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