Cuando somos pequeños, madres, padres y abuelos nos cuentan fábulas e historias a todas horas. Algunas archiconocidas como el cuento de la Caperucita o el Lobo y las siete cabritillas; y otras de target autóctono. En mi caso, siendo gallego, las historias estaban repletas de meigas, lobishomes y biosbardos; en Brasil las historias las protagonizan Curupira, Saci-pererê y la Cuca. En la nueva serie brasileña de Netflix, Ciudad Invisible (Cidade Invsível) estas leyendas cobran vida dejándonos con un producto en el que mitología y realidad se fusionan para contarnos una historia en la que el medioambiente y la protección de nuestros bosques parece un objetivo común.
Marco Pigossi (Alta Mar) se pone en la piel de Eric, un policía forestal que pierde a su mujer en un incendio en el bosque. El origen del fuego es sospechoso por sí solo, pero levanta a su vez una maldición enterrada hace años, un espíritu que persigue a las criaturas mitológicas en su afán por vengarse de Curupira, que acaba con el cold opening del primer episodio.
La serie juega muy bien al despiste, tener un antagonista invisible nos empuja, a espectadores y personajes, a señalar con el dedo buscando culpables. Eric sufre lagunas sospechosas, la Cuca parece tener bajo control a toda criatura gracias a su magia, Saci miente todo el rato salvo cuando alguien le quita el pañuelo y aquellos pocos que cruzan según qué líneas terminan muertos. ¿Quién ha liberado la maldición? ¿Cómo es capaz de matar el espíritu? Interrogantes que tratarás de averiguar durante los siete episodios que dura y que mantienen en secreto con bastante eficacia.
Si os gustan las series policíacas encontraréis en Ciudad Invisible una serie perfecta para un buen maratón. Sus siete episodios de apenas 35 minutos se ven sin esfuerzo, además, tiene tantos giros que os resultará imposible parar. Si os gustan las leyendas y la mitología, encontraréis un buen puñado de criaturas con las que no estaréis familiarizados y eso os permitirá investigar y conocer partes de una cultura que nos queda lejana. Aunque la serie se toma alguna licencia, la Cuca por ejemplo pasa de ser una especie de cocodrilo gigante a convertirse en una hechicera cuyo animal de referencia es la mariposa, mantiene su esencia mística como criatura con la que se amenaza a los niños para que se porten bien (una especia de Hombre del saco).
Ciudad Invisible es sin duda una apuesta bastante interesante por parte de Netflix. Consigue mezclar mitología y realidad de una manera bastante solvente, sobre todo teniendo en cuenta que es muy fácil caer en lo ridículo cuando se juega con magia. Además, consigue rompernos los esquemas, y personajes como el delfín rosado harán que os explote la cabeza.
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