El miedo está siendo el principal rival de los Endlines en este arranque de temporada. Algunos miedos como el de Iris aparecen ante el temor a lo desconocido; otros, como el de Hope y Silas, porque conocen demasiado bien aquello que les atormenta. Hope no deja de pensar en la noche en la que involuntariamente mató a su madre y Silas revive una y otra vez los flases violentos que le han hecho ser la comidilla del Compus Colony y por los que fue trasladado de Omaha.
Precisamente Silas es el personaje más misterioso de los Endlines y a su vez el más interesante. El chico se tiene miedo a sí mismo. A lo que puede llegar a hacer. Y eso le bloquea. Quiere un nuevo comienzo y trata como sea de evitar los errores pasados, a pesar de que, como le han recordado, los cuchicheos siempre le perseguirán.
El uso de los flashbacks en este episodio, al contrario de lo que pasó la semana pasada con los de Felix, funciona bien. Y funciona bien porque aunque nos informan, no lo hacen del todo. Se nos presentan tan caóticos como los recuerda Silas. Le vemos pegar puñetazos a alguien que no vemos, le vemos oír cintas grabadas por sus abuelos cuando era pequeño y le vemos llegar al Campus después de ser arrestado en Omaha. Creo que está bastante claro que no es el monstruo que la gente se cree, desde aquí intuimos que probablemente haya sufrido algún tipo de acoso o maltrato y que su reacción final terminó para siempre con el problema.
Los miedos de Hope son más clásicos y quizá más comprensibles desde el punto de vista del espectador. Tiene miedo a perder a más gente, y mucho más si ella es la culpable. Por eso ha estado dejando pistas para que Felix y Huck les encontraran y ayudasen, y por eso decide ser el cebo que active las alarmas para que ninguno de los demás tenga que correr el peligro.
Las escenas de acción y tensión del episodio son lo peor que tiene la serie de momento. No terminan de verse como terroríficas ni consiguen ponernos nerviosos. Llevamos dos semanas en el mismo escenario: lleno de caminantes, con una humareda insoportable por los neumáticos, con el olor a plástico quemado llenando sus pulmones… y lo único que vemos son face to face con caminantes solitarios que nos vienen a mostrar lo "mucho" que aprenden los personajes.
Poco a poco parece que van ganando confianza, es lo que tiene la supervivencia clásica que llevamos viendo estos años, te espabila. Hope se llena de valor y termina confesando al fin a su hermana cómo murió su madre realmente. Parece que la historia las une, pero lo que está claro es que, teniendo en cuenta la historia del cuaderno de Elton, estamos cerca de que descubran que Hope mató a la madre del científico del grupo. Y viendo como el muchacho la idolatra, va a ser un gran golpe para todos.
Para terminar, nos vamos hasta New York para ver qué tal le va a nuestra Civic Republic después de arrasar a todos los habitantes de Omaha. Esta escena final nos muestra a un potencial aliado de los protagonistas. Barca, uno de los soldados de Elizabeth, no supera lo que hicieron. Cree que todo es una mentira y no entiende los motivos del ataque. Kublek difiere. Al menos es lo que intenta aparentar.
No entiendo muy bien el razonamiento que hace. Alardea de todos los lujos con los que puede contar, cosas de lo más mundanas en el pasado, como la TV o la cafetera, que son un auténtico privilegio en estos momentos. Y asegura que los 200.000 que vivían en Omaha se convertirían en una amenaza futura. Sinceramente, creía que simplemente iba a optar por el hecho de que si ayudan a toda esa gente, menos recursos tendrán ellos.
Barca es apartado del trabajo y es ingresado en un centro médico hasta que se “recupere”, en otras palabras, cuando le hayan convertido en un robot que siga las órdenes. Pero Elizabeth no es tan fría, y me parece demasiado pronto para humanizarla. Nos gusta odiar a gente horrible. Cuando se queda sola, vuelve a encender los electrodomésticos de la casa, como en un intento de que el ruido calle sus remordimientos, y una lágrima cae sobre el mapa que está estudiando.
Por el momento a la serie le está costando encontrar el equilibrio entre desarrollo de personajes y acción. Aunque el uso de flashbacks se agradece, no terminamos de ver un hilo conductor o suficientemente fuerte. Quizás tener a los seis protagonistas juntos nos ayude a dirigirlos mejor.
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